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Sobre la colchoneta del ring, Baekhyun le enseñaba su trasero a Chanyeol, completamente desnudo y a su merced. El delicado cuerpo del muchacho lucía demasiado caliente contra el rugoso cuero sintético de la colchoneta; tan caliente cuando su culo estaba alzado mientras sus lindos pezones se restregaban contra el cuero. Chanyeol tenía tres de sus dedos en el interior del muchacho, deleitándose con lo apretado de ese cuerpo pecaminoso y las reacciones morbosas que provocaba en él.

Las mejillas traseras del joven estaban brillando y rojas, resplandeciendo por la saliva que dejó Chanyeol cuando lamió y mordió la zona. Incluso se le antojó azotarlo, quizás lo intentaría luego.

El cabello de Baekhyun estaba alborotado, aquellas bonitas hebras castañas tan rebeldes como la fiera melena de un león. Y Chanyeol, mirándolo con profunda obsesión desde atrás, lucía su gruesa polla erguida, mojada por las perlas de pre-semen que se salían sin su consentimiento. Su verga apuntaba hacia arriba, temblando por la ansiedad al quererse enterrar profundamente el culo apretado del muchacho.

—Mmgh, más l-lento —pidió Baekhyun con la voz entrecortada, apretando entre sus manos la colchoneta.

En respuesta, una sonora palmada sonó contra su mejilla derecha trasera. Baekhyun chilló, pero entre esos chillidos salió un gemido de gusto también que hizo sonreír Chanyeol.

—Así que además de ser un niño rico mimado, también eres una zorra masoquista.

Empujó sus dedos aún más profundo en el culo de Baekhyun hasta que lo llevó a un delicioso clímax. Baekhyun arqueó la espalda y empinó más el culo, dándole una vista maravillosa a su amante. De su boca salieron gritos y sollozos cuando de su pene salpicó semen abundante. No logró contenerse mucho más cuando su punto sensible fue acribillado por los dedos de Chanyeol, empujando y punzándolo hasta la locura.

—Date vuelta —ordenó.

A Baekhyun le costó pararse cuando sus piernas estaban temblando, sus brazos no parecían responderle y la voz se hubo perdido en el medio de su garganta. Sin embargo, Chanyeol le ayudó a darse vuelta, sujetándolo por los brazos para impedir que cayera. Le encantaba esa reacción en el joven. Verlo tan tembloroso, con las piernas cual gelatina y el cuerpo caliente y agotado. Francamente podría volverse adicto a él.

—Mírate, totalmente destrozado y sólo fueron mis dedos.

Aunque avergonzado, Baekhyun se dejó tocar por las manos toscas del boxeador. Sus pezones sensibles que antes fueron molidos contra el cuero, ahora estaban chillando por ser lamidos por Chanyeol, querían tanta atención que erguidos como estaban se acariciaban contra el pecho del otro.

—Me pregunto si te desmayarás cuando te haga correr con mi polla.

Y Baekhyun estaba ansioso por ello, aun cuando su conciencia estaba gritándole para tomar su dignidad y salir de ahí. Estaba siendo un desesperado que rogaba por el toque ajeno y se sentía terrible por quererse tan poco como para permitirlo. Pero se juraba que sería la última vez, que nunca más volvería a caer.

Las promesas son las hojas secas de un árbol en otoño, tan débiles y susceptibles a la primera ventisca, y la mayoría del tiempo terminan en el suelo, derribadas por otros impulsos mucho más fuertes.

—Inténtalo —respondió Baekhyun, besando el mentón de Chanyeol con lujuria palpable.

Chanyeol recostó a Baekhyun en la colchoneta, des espaldas, entonces se subió sobre él dispuesto a complacerlo. Con las piernas fibrosas de Baekhyun apresándolo por la cadera. Ambos necesitaban tanto una liberación mutua.

Fight for love (Chanbaek)Where stories live. Discover now