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Tenía dos semanas libres de toda obligación, una visita a su hogar era lo único que necesitaba además de un cálido abrazo de su madre. Harry Styles se encontraba corriendo cerca de su antiguo vecindario, se sentía tan libre, este lugar siempre le daba paz y lo dejaba descansar del ajetreo que vivía a diario. Era bastante temprano por lo que no muchas personas se encontraban en la calle, solo él y una chica que podía percibir a lo lejos, al parecer ella ya venía de regreso, de repente la vio caer y no dudó en auxiliarla. 

—Por favor no intentes pararte, déjame ayudarte. ¿Estás bien?

Harry colocó ambas manos sujetándola fuerte para ayudarla a sostenerse. La chica tenía la mirada baja, se quitó los audífonos que traía y por fin se atrevió a levantar la mirada.

—¿Te encuentras bien? —Miró sus ojos que se encontraban bien abiertos y sonrió por su tierna expresión.

—S-sí, estoy bien, tengo un poco de dolor —Tocó inconscientemente su tobillo—. Gracias por ayudarme.

—No es nada, vamos apóyate en mi —La tomó por la cintura para ponerla de pie—. No puedes caminar así, estoy cerca de casa te cargaré hasta el auto para llevarte al hospital.

—No es necesario, d-de verdad, creo que puedo apoyarme, no quiero importunar —Dio un paso y si no hubiera sido por las fuertes manos de Harry habría caído de nuevo.

—Tienes que recibir atención médica, te llevaré.

Harry tomó en brazos a Monae y sonrió al percibir un sutil aroma a flores y cítricos debido a la cercanía. Caminó con sumo cuidado hasta llegar a su antigua residencia, sacó las llaves de su bolsillo y abrió el auto con dificultad, la colocó en el asiento y tras cerrar la puerta rodeó el auto para adentrarse en él.

—¿Vives aquí? —Preguntó con la vista fija en el camino.

—N-no, en Londres. Vine de visita, solo por el fin de semana. Harry, agradezco mucho tu ayuda, no tenías que...—Harry la interrumpió.

—Es un placer, no te preocupes, no podía dejarte sin ayuda —La miró de reojo y ella lo miraba fijamente sonriendo. Sus miradas se encontraron cuando él volteó su rostro, Monae bajó la mirada apenada y sus mejillas se tiñeron de un ligero pero notable rojo—. ¿Qué miras? —Sonrió.

—Disculpa —Dijo apenada y sonrió—. Estaba pensando en que no me equivoqué para nada contigo.

—¿Ah si? —Dijo arqueando una ceja—. ¿Y puedo saber que es en lo que no te equivocas?

—En como eres, siempre supe que tienes un corazón enorme, lleno de amor y amabilidad para compartir —Rió—. Cada vez que hablaba con alguien sobre ti y les decía la persona tan maravillosa que eres, solo se reían de mi y creían que estaba loca porque ni siquiera te conocía o sabía cómo es tu personalidad, pero lo sabía, no me equivoqué.

Harry escuchó atento cada una de las palabras que Monae decía y no podía evitar sonreír, sentía algo indescriptible en su interior y ni siquiera sabía qué decir.

—Te recuerdo, ¿sabes? —Sonrió y la miro de reojo—. Eres la chica que halló los boletos. Monae, ¿cierto? Te recuerdo bien.

—Si, esa misma —sonrió sonrojada—. Jamás creí que te acordarías, después de tanto tiempo y tantas fans que seguro ves a diario. 

—Tus ojos los recordaría entre mil personas —Sonrió—. Llegamos, te ayudaré a bajar.

Monae no podía creer lo que Harry decía, sentía que todo era obra de su mente, un sueño del que podría despertar en cualquier momento, discretamente pellizcó uno de sus brazos para asegurarse de estar despierta y sonrió al sentir el dolor, la puerta se abrió sacándola de sus pensamientos. Harry la tomó en brazos de nuevo y la llevó a la sala de urgencias, en la que la atendieron inmediatamente.

— Tendré que colocarte una férula —El doctor bajó la radiografía que hacía unos minutos había tomado—. No tienes fractura pero tienes un severo esguince, tendrás que usarla por dos semanas y guardar absoluto reposo, evitar caminar.

—¿Dos semanas? No, no es posible, de verdad estoy bien, trabajo como enfermera y necesito poder caminar —Suplicó—. ¿Es necesario el reposo?

—Lo es. Se le extenderá una incapacidad por el tiempo que traerá la férula, no se preocupe.

Monae resopló pero sabía que no había más que hacer, sintió como una mano se apoyó en su hombro y sonrió al mirar a Harry que no se había despegado ni un momento de ella. Se sentía en el cielo a pesar de todo.

BROKEN DREAMS | H.S.Where stories live. Discover now