capítulo 58

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Narrador omnisciente.

—¿Están seguros de lo que quieren hacer?

—Queremos hacerlo, la queremos devuelta.

—Tardaré mucho en encontrar la máquina.

—¿Quién dijo que lo ibas a hacer tú solo?















Anastasia y Visión en ese momento se encontraban durmiendo en camas separadas, una al lado de la otra y disfrutando en silencio de la tranquilidad que la noche les proporcionaba.
Visión llevaba un antifaz para dormir cubriéndole los ojos, calmado y durmiendo con el silencio y la casa siendo testigos de ello.
La chica se sobresaltó al percibir un ruido frente a su casa, despertando y sentándose de golpe en su cama con su mirada asustada.

—¿Qué fué eso?—preguntó sin esperar la respuesta de su esposo, exaltada.

Vió la lámpara al lado de la cama de Visión, y esta de inmediato se encendió en una tenue luz que no llegó a alumbrar el resto de la habitación; aunque aquello le sirvió para calmar un poco sus nervios, y eso que ni siquiera movió sus manos para encenderla.
Regresó su mirada a sus sábanas y volvió a apagarse, confundiéndose. Volvió a repetir la acción, y nuevamente la lámpara se prendió. Lo hizo una vez más y fue suficiente para que el androide se despertara, quitando su antifaz para dormir.

—¿Anya?

—¿Sí, querido?—preguntó viéndolo con su seño fruncido.

—¿Estás usando tus poderes para encender la luz?—le respondió con una pregunta aún estando acostado, viendo la lámpara apagada a su lado.

—Sí, querido—Visión se levantó luego de que su esposa le contestara, con la atenta mirada de ella puesta en sus pasos.

—Permíteme, cariño—encendió otra vez la luz y dió pequeños pasos hasta la ventana frente a él, apartando con sus manos las cortinas levemente abiertas para observar el exterior nocturno de su vecindario, buscando el orígen del sonido.

—¿Qué ves?

Su esposo continuó buscando en la penumbra, y aunque no consiguiera nada siguió buscando algún indicio que le dijera el significado o proveniencia del ruido que su mujer escuchó, teniendo el mismo resultado.

—Solo tus hermosos rosales.

—¿Es todo? ¿Usas tu visión nocturna, Visión?

—Te aseguro, amor, que no veo nada malo—se volteó a ver a Anya—No hay ninguna razón para que tengas miedo...

El estruendo volvió a escuchar, y Visión no ocultó su expresión y pequeño grito de espanto ante ello antes de literalmente saltar hasta su cama y cubrirse hasta la nariz con su sábanas con sus ojos saltones viendo a cada rincón de su dormitorio y viendo de vez en cuando la ventana cerrada.

Anastasia lo observó seria he irónicamente, respirando profundamente.

—¿Decías?—dijo burlona aunque serena.

—Oí a un par de muchachos en el trabajo hablar de cierta gente desagradable que se mudó al barrio—el androide se levantó a medias de su cama y vió a su esposa—¿Quién sabe qué podrían estar tramando esos vagos?

»Robar casas, destrozar propiedades.

—Atravesar paredes, mover objetos sin tocarlos—Anya lo secundó con sarcasmo y obviedad reflejada tanto en su voz como en su mirada.

—Anya, no puedes sugerir que mis colegas se referían a nosotros—dijo viéndola sin creerlo.

Un estupendo aún más fuerte se escuchó, y la rusa por reflejo y necesidad movió sus manos cerca de su pecho y ambas camas se unieron, estando la joven pareja asustada.

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