Shameless (EN EDICIÓN) | k.d | T1

Capítulo 1.

ᴮᵃᵏᵘᵍᵒ'ˢ ᵖᵒᵛ

¿Qué hora es?

¿Cuánto tiempo llevamos en esta clase? Joder, quiero irme ya.

Estoy agotado física y mentalmente, tanto como para que mi cerebro no pueda procesar ni resolver problemas matemáticos como siempre suelo hacerlo.

Estoy ansioso, preocupado e impaciente, ya no puedo hacer otra cosa aparte de golpear el lápiz contra mi mesa repetitivamente mientras intento pensar en cualquier otra cosa aparte de ella.

¡Es inútil, mâldita sea! No puedo calmarme, no mientras no sepa la razón por la cual quiere hablar conmigo. Debo pensar en todas las posibilidades, quizás así pueda despejar las menos probables y quedarme con las que realmente importan...

—¡Bakubro!— me grita el idiota con complejo de Pikachu, sacándome de mi trance y obteniendo toda mi atención. —Llevo media hora llamándote! La clase terminó hace más de 5min.

Procedo a observar a mi alrededor, no hay nadie en el salón aparte de Sero, Denki y yo. Ambos me miraban extrañados, no tengo idea de cuánto tiempo pase absorto en mis pensamientos ni cuándo me quitaron la hoja del exámen de matemáticas, rápidamente reaccioné y miré la hora en la pantalla de mi celular: 12:54

—¡Joder, joder, joder!— salí furioso del salón mientras me dirigía rápidamente a la entrada de la UA, dejando atrás los llamados de mis amigos preocupados.

Caminé lo más rápido que mis piernas me permitieron hasta poder divisar aquella figura femenina en la calle más cercana a la entrada, su mirada seguía fija en su celular hasta que logró distinguir el sonido de mis pasos aproximándome hacia ella, como siempre; esbozó una sonrisa bastante amplia y sus ojos se clavaron en mi como putos clavos, cada vez se me hacía más difícil caminar hacia ella.

—¡Querido! Realmente te extr...—

—Basta, madre.— logré decir extendiendo mi brazo hacia ella, lo cual hizo que parara en seco con mala cara y olvidara la idea de saludarme con un abrazo. —No hace falta que finjas que te importo, los reporteros no están cerca a estas horas.

Seguido de esto sigo caminando, haciendo que ella rápidamente corriera para alcanzarme y caminar a mi lado.

—Si que te quiero, cariño... Simplemente me cuesta demostrarlo- apretó una de mis mejillas y rápidamente bajó la mano, sabiendo que le daría un pequeño manotón por eso. —En fin, solo quise venir a hablar contigo, la otra vez te fuiste molesto y no pudimos concluir nuestra conversación...

—Me fuí porque eres una homofobica de miērda, mamá- le dije parando en seco, recordando aquella hiriente discusión que tuvimos hace dos semanas. —, aparte, no tengo idea de qué carajos quieres hablar conmigo, creo que había quedado muy en claro que ni tú ni papá quieren un hijo gay.

— A ver, a ver, estás haciendo demasiado alboroto, cariño— dijo con ese molesto tono forzado que utiliza cuando sabe que me hizo daño pero no puede reconocerlo. —, tu padre y yo lo hablamos, sabemos que esto es solo...una etapa de confusión.

Confusión, claro. El estar enamorado de mi mejor amigo de la infancia desde que tengo memoria es una pūta etapa de confusión, ¿Cuánto dura esa etapa? Ya llevo diez años en esta situación, creo que no hay otra respuesta que pueda darles a mis padres.

—Madre, si solo viniste a intentar invisibilizar mi orientación sexual te invito cordialmente a que te vayas, debo volver a clases.— le dije sin mirarla, volviendo a caminar sin importarme que la academia quedara en sentido contrario.

Tenía un puto nudo en mi garganta pero no podía mostrarme vulnerable ante mi madre, no en cuanto a este tema se trata.

—No tendré un hijo gay, Bakugo, mi reputación debe seguir intacta.