9. Amarillo de cautela

285 81 5
                                    

— ¡Faltan treinta! ¡TREINTA! ¡SON MUCHAS!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— ¡Faltan treinta! ¡TREINTA! ¡SON MUCHAS!

—No son- Vale, vale...

Se frota la cara con las dos manos. Jimin acaba de salir corriendo de casa. No le basta con haber reducido la abismal distancia de ochenta y seis a treinta. No es poca cosa, no considerando lo mucho que han estado visitando gente y preguntando por el asunto. Afortunadamente, no ha habido resistencia a darlas. Solo lo manejable y razonable. Para haber conseguido cincuenta y seis en un mes y medio, todo va a pedir de boca.

Al menos eso considera él que no tiene todo el apuro de Jimin encima. Toma un profundo respiro. Se ha estado sintiendo bien y mal por momentos. Un espantoso sube y baja en su salud que no le hace ni una pizca de gracia.

Si se va a morir, a morir, nada de estar haciendo esta clase de enfermiza montaña rusa de salvación y perdición cada dos días. Yoongi no es consciente de que Jimin cada vez que lo ve demasiado adolorido, pone una de las plumas en la taza de su café. Una cura discreta y secreta.

Yoongi va hacia la puerta, habiendo escuchado el timbre y teniendo una cita pactada para esta hora. arruga la cara ¿Desde cuándo viene gente tan despampanante a adoptar perros? Es decir, la gente de aspecto más agraciado y de vibra ricachona compran perros en tiendas. No se arriesgan a comprar un cachorro que puede ser mezcla o fuera de pedigrí.

—Vine por una entrevista de adopción a un perro llamado... Tannie. —dice el hombre parado frente a él. Yoongi guiña repetitivo. Considerándose cegado porque honestamente ¿Quién es tan perfecto?

Su rostro se le hace demasiado simétrico como para ser real. Lo aturde. Incluso lo molesta. Parece brillar con luz propia. La manada de perros en la casa no hace otra cosa que correr a toda velocidad hacia la puerta y ahí es donde la seriedad muere.

El hombre recién llegado sonríe haciendo una mueca y agachándose a acariciar a todos los perros que se le vienen encima. Yoongi respira más tranquilo, si incluso los animales lo quieren, no puede ser mala persona. Su brillo excesivo lo aturde y no es capaz de discernir si es bueno o malo por resumirlo banalmente.

—Me llamo Taehyung—Se presenta—. Me dijeron que aquí hay casi sobre población perruna, pero todos son muy felices y bien cuidados así que vine a buscar- ¡Tannie!

Yoongi se asusta por lo grandes que son sus manos. Tannie se ve más que pequeño entre ellas. El perro tembloroso da un ladrido que suena agudo y acaba por lamer la nariz de Taehyung, quien finge que va a morderle la cabeza. Las patas del perro quedan apoyadas en el mentón del hombre y Yoongi Se frota los ojos.

—Me voy a quedar ciego...

—Es muy lindo—dice Taehyung tomando asiento—. ¿Me lo puedo llevar hoy? Tengo un lugar listo en casa y-

—Momento, momento—Exhala cansado de tanta energía—. Antes de eso debo advertir lo siguiente, tómalo como amenaza—Taehyung parpadea repetitivo—. Tiene problemas cardiacos con los que necesita visitar continuamente a un especialista. Es un estado que mejorara al crecer, pero de momento es costoso—Entrega la tarjeta medica del Pomerania—. Si lo quieres de adorno puedes irte, es muy delicado y necesita alguien que lo quiera y cuide, no lo use por lo lucir.

—A-ay que miedo contigo—Ríe nervioso—. Está bien, no tengo problema... ¿Lo has abrazado? Se ve muy amargado, como tú, seguro no lo abrazas lo suficiente—Yoongi estira los labios.

—No duerme si no es acurrucado a otra persona, así que, sí, si lo abrazo. Es amargado por gusto.

— ¡Es que tus abrazos le contagian lo amargado! —Justifica Taehyung y Yoongi se pregunta cómo la conversación se fue por este rumbo tan raro—. De hecho, nadie creería que cuidas tanto a los animales. No con esa cara tan amargada.

Yoongi se lo queda viendo. Taehyung parece estar buscando algo en él. Que se enoje, que responda enojado o ¿Qué? Desconoce que pasa por la mente de esta persona de aspecto tan sofisticado. Se obliga a tomar un respiro.

—Si solo te vas a las apariencias, la vida te va a comer vivo.

— ¿Por qué?

—Los que tienen el rostro más hermoso suelen ser las peores víboras traga gente. Por eso sigo sin confiar que te lleves a esa cosita. —explica Yoongi y Taehyung permanece serio unos instantes.

Pensando sin más. Cinco minutos de prolongado e incómodo silencio hasta que Taehyung salta de su sitio con una enorme sonrisa, abrazando a Tannie contra sí.

—Me lo llevo de todos modos, me gusta. —Yoongi suspira.

—Voy a necesitar que me siga contando de su estado—comunica entregando las planillas medicas de todo el tratamiento del cachorro—, también tiene la opción de devolver- Eh-

—Así debe estar bien ¿No? Sí, adiós, gracias. Lo voy a pasear.

Yoongi mira el fajo de billetes en su mano ¿Por qué esto se le hace familiar? Apura a ir a la puerta, persiguiendo a Taehyung. Nota que está subido a un auto deportivo y se marcha sin decir nada más. Se lleva una mano a la cara, si no le habla en dos días, va a llamar a la policía.

Al entrar en casa le llama la atención de encontrar una pluma en el suelo. Debe ser de ángel, pues la pisó al salir y no le pasó nada. La recoge y mira ¿Entró con la brisa y no se dio cuenta? Encoge de hombros, seguro que Jimin llora de alegría de saber que hay una pluma más a la cuenta—Bueno, faltan veintinueve... ¿Quién de ustedes era el que seguía? Debo ponerles un moño o algo para estas entrevistas—. Todos se ponen a ladrar y maullar.

Siente los ojos resecos. Se pregunta si ese tipo usa demasiada colonia y por eso le arden los ojos. Duda que estuviera brillando de verdad.


Cheonsa Nabi | YoonMin/YoonKook || BOOK 1#Where stories live. Discover now