2

281 25 2
                                    

– ¡Soomin ya vístete pequeña y ven a comer! -grito desde la cocina, estaba apurado iba a llegar tarde al trabajo y no podía perder otro trabajo.

– ¡Ya voy papi! -grito acabando de arreglar su cama.

Soomin agarro rápido su pequeño uniforme entrando al baño para empezar a vestirse, fue corriendo hacia el comedor con su pequeña mochila en manos y se sentó en una silla.

– no corras te puedes lastimar como la última vez pequeña -agarro un cepillo y una toalla para ponérsela en los hombros, no quería mojar el uniforme y empezó a peinarla.- sabes que papá se va a poner triste si algo te pasa

– yo no dejaré que tú estés tristes papá, ya no voy a correr -llevo la cuchara hacía su plato y después hacía su boca.- ¿Hoy podré ir a tu trabajo papá?

– uh... Hoy no, va a venir mi jefe y no puedes estar conmigo por lo que tuve que contratar una niñera -quito la toalla una vez había acabado de peinarla.- agarra tus cosas

– pero papá -se quejó.- ellas no cocinan tan bien como tu -arrugo un poco su nariz mientras iba por su mochila y seguía a su papá hacía el auto.- no quiero

– Soomin ya hemos hablado de esto, sube -le abrió la puerta dejando que entrara la pequeña y después la cerro rodeando el auto para subir al lugar del piloto.- no puedes quedarte sola en casa

– pero papá -la pequeña ojos de Bambi volteó a verlo mientras fruncía el ceño.

– aún que te enojes pequeña, ahora baja -se estiró para abrirle la puerta.- vas a llegar tarde

Ella no quería otra niñera, si no era Kim no quería a nadie.

– suerte en tu trabajo -se acomodó su mochila y bajo del auto corriendo hacia la entrada.

– ¡Dijiste que no ibas a correr! -grito mientras reía un poco al ver cómo la pequeña se detuvo en la entrada mirándolo con una sonrisa levantó su brazo moviéndolo de un lado a otro.

– ¡Te quiero papá! -y entro al lugar.

– y yo a ti mi pequeña -cerro la puerta con seguro y empezó a conducir.

El no sabía lo que había echo para merecer a Soomin, era una niña dulce y amable, ella tenía sus ojos de Bambi al igual que su lunar abajo de los labios, era su yo en versión femenina y pequeña.

¿Se arrepentía de haberla tenido? Claro que no, ella era la única razón por la que cada día se esforzaba más y más, quería darle muchas cosas a su pequeña hija, quería comprarle juguetes, muchos juguetes y jugar con ella.

Pero desde aquel día todo se había complicado todo, estaba mal visto un padre soltero pero eso a él no le importaba, mientras el y su hija estén bien, todo bien.

– ¡¿Enserio crees que ésto es comida?! -tiro el plató haciendo que el pelinegro se encogiera en su lugar- esto es basura

– p-pero usted me lo pid-

Todo el lugar quedó en silencio después de que un golpe sonará, su jefe le había dado una cachetada.

– cállate -dijo molesto.- ahora recoge todo esto si no quieres que te despida

– s-si señor -hizo una reverencia incandoce rápidamente empezando a recoger los trozos del plato roto.

Todo sea por ella. Pensó sin dejar de limpiar, al final todo valdrá la pena al llegar a casa y verla jugar o durmiendo.

Jeon Jungkook tenía 22 años y era un padre soltero, cuando tenía 17 tuvo a su primera y única hija Jeon Soomin, lo echaron de su casa y no pudo seguir estudiando por lo que empezó a trabajar en diferentes lugares.

Había trabajado repartiendo comida, vendiendo dulces, en tiendas solo para lograr mantener a la madre de Soomin que luego del parto los había abandonado. Tener a una pequeña recién nacida no había sido una tarea fácil para un chico de 17 sin nadie que lo pudiera ayudar.

Algunas noches ni siquiera había podido dormir ya que su pequeña lloraba mucho, iba hacia su cuna y mientras la arrullaba le cantaba una canción de cuna. La primera vez que Soomin se había enfermado Jungkook se había asustado a tal grado de no dejarla sola, se la llevaba a su trabajo no quería volver a dejarla sola.

Cuando Soomin había nacido todos sus amigos se habían alejado de el pues no querían estar cerca de alguien como el.

Pero al final todo valió la pena, sus noches de desveladas y días sin comer habían válido la pena al ver a su hija feliz.

– Jeon, ya puedes irte

El mencionado sonrió en grande agarrando sus cosas y fue directo hacia su casa. Ya quería llegar a dormir con su hija en brazos, quería llegar a comer por primera vez en todo el día.

Bajo del auto cerrando lo con seguro y camino hacia la puerta, buscó en sus pantalones negros las llaves y abrió la puerta.

– ¡¡Papi!! -corrió hacía el mayor siendo cargada al instante.

– ¿Que haces despierta cariño? Deberías de estar durmiendo -la despeinó un poco mientras la bajaba.

– te quería esperar -sonrió haciendo que sus ojos se hicieran más pequeños, tierno, fue lo que pensó el mayor.

– bien, ve a cambiarte mientras voy a pagarle a tu niñero

– ¿Después podemos ver una película? -el mayor asintió con la cabeza.- ¡No tardes papá!

Jungkook río mientras dejaba sus cosas en la mesa y caminaba hacía la cocina en donde agarro un vaso de agua y lo tomó, todo bajo la atenta mirada del castaño.

– gracias por cuidar bien de mi hija -dejo el vaso sobre la mesa mientras sacaba algo de dinero.- tal vez no es mucho lo que te pagué pero por favor acéptalo

– no se preocupe señor Jeon -tomo el dinero.- Soomin es una niña muy agradable así que por mi bien si tengo que cuidarla cualquier otro día

– gracias Kim, ten una linda noche

Jungkook cerró la puerta después de despedirse de Kim y se fue con Soomin, estaba seguro de que se iba a quedar dormido con tan solo tocar la cama.

Y estaba en lo cierto, se había cambiado y acomodado la cama para ver la película con la pequeña pero se terminó durmiendo.

– duerme bien papá -lo tapó bien con la cobija antes de apagar la televisión y cerrar los ojos para poder dormir.

¡¡No puedes dejarnos!! -grito desesperado.- ¡¡Ella va a crecer sin madre, ¿Enserio quieres eso?!

¡¡Quiero vivir mi vida joder!! -lo miró molesta tratando de calmarse.- tu y yo sabemos que nunca quise embarazarme Jeon -respiro profundamente antes de mirarlo con expresión neutra.- me voy de la casa

vete, pero no quiero que vuelvas en un futuro por ella diciendo ser su madre porque ella ya no te necesitará -estaba dolido y quería llorar en ese mismo instante pero no lo iba hacer, tenía que ser fuerte.

si me voy es por algo, ¿No crees? No planeó volver -abrió la puerta.- no tienes que preocuparte porque regrese no tengo nada aquí -y salió sin mirar atrás.

Jungkook tenía los puños apretados, su hija tenía tan solo una semana de haber nacido y su novia lo había abandonado, ¿Que iba hacer ahora? El no podía con todo, tan solo tenía 17 años y ni siquiera tenía un trabajó pero no sé arrepentía en cuanto cargo por primera vez a Soomin en el hospital.

A partir de ahora solo estaban ellos dos solos, el la cuidaría y protegería. Con el tiempo la pequeña iba creciendo, al igual que las preguntas por su madre las cuales fueron difíciles de contestar por Jungkook quien solo le decía que mami ahora esta en otro lugar por trabajo, aún que Soomin lo sé lo creía de todo.

Nunca había visto a su madre y Jungkook agradecía que se parezca más a el que a Jieun.

Un novio para papá ; Taekook [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora