Segundo pétalo

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Me he tardado bastante, y me siento más mal porque ya lo tenía listo desde la semana pasada (que no hubiera hecho mucha diferencia jajaja), pero no pude publicarlo porque simplemente no tenía datos para navegar. Pero bueno, son las mismas excusas que di para Luces azules, espero que mi tardanza no les quiten las ganas de leer y retroalimentar mis obras :C sin más que agregar, el fic.

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Atender a Zenitsu fue igual de tormentoso que en otras ocasiones. Se quejaba demasiado y parecía ser más un intento de llamar la atención que verdaderos indicadores de dolor. Aunque claro, todo cambió cuando Nezuko despertó y salió de la caja, porque de inmediato adoptó una actitud galante cuando notó lo desconcertada que se encontraba la pequeña demonio al no ver a su hermano mayor cerca.

Aoi no estaba segura de sí Nezuko podría entender lo que estaba pasando, así que estaba entre dejarle esa pesada tarea a Zenitsu o ella misma tratar de explicarle, de algún modo.

— Nezuko-chan— aunque jamás lo admitiría, a Aoi le daba una tremenda ternura el cómo Zenitsu decía su nombre con tanto amor. La chica con el bambú entre sus labios enfocó toda su atención a quien la nombraba—, Tanjiro está ayudando a Inosuke con un pequeño problema que no puede controlar. ¡Pero estarán bien! No te preocupes, porque Aoi-chan les atenderá si alguno de los dos se pone mal.

— Hmm— asintió, confiando en que si era Inosuke con quien estaba su hermano, y sobre todo en que Aoi estaba cerca, no había realmente nada que temer. Cuando ella le dio unas palmaditas en la mejilla al rubio a modo de agradecimiento, él perdió todos los estribos y se puso completamente rojo mientras que sus orejas parecían tetera con agua hirviendo. Nezuko permaneció impasible ante su gran espectáculo.

— ¡Nezuko-chan!— el rubio cantó su nombre mientras se llevaba la mano en su mejilla, como si quisiera prolongar la sensación de la mano de Nezuko en su piel, casi bailando de la alegría.

La más joven volteó a ver a Aoi, como preguntando porqué él se ponía así cada que hacía la más pequeña de las cosas, a lo que Aoi solo pudo atinar a negar con los ojos cerrados, porque ni siquiera ella tenía modo de explicarle su actitud tan efusiva.

— ¿Podrás algún día presentarte?— a pesar de que obviamente la pregunta era dirigida a la chica de ojos rosas, ante su incapacidad por responder, Zenitsu habló.

— No lo sé, nunca me había preguntado si los demonios conservan su sexo secundario o que pasa si los transforman antes de presentarse— Zenitsu respondió ya en un tono mucho más serio, como si no hubiera montado un espectáculo antes, y Aoi sabía por qué.

Sin duda le preocupaba el que Nezuko no fuera una futura beta, porque los omega siempre prefieren a los alfa, y las mujeres alfa rara vez eligen a un beta, en ambos casos porque la concepción con un hijo con un hombre beta es prácticamente imposible. Aunque bueno, siendo Nezuko un demonio, la posibilidad de formar una familia propia de todos modos era casi inexistente.

— Creo que son cosas que veremos eventualmente— Aoi le acarició el cabello a Nezuko, que se encontraba algo cohibida por su anterior pregunta, probablemente no entendiendo del todo a que se referían, pero sabiendo que se referían a ella—, no es nada grave— le aclaró—. Ven, voy a cepillarte el cabello.

Le ofreció, a lo cual corrió a sentarse en el banco más cercano, feliz de que le dieran mimos a su cabello.

— Yo puedo hacerlo— se ofreció Zenitsu, pero ante la mirada severa de Aoi, casi se mordió la lengua.

— Estás herido, Zenitsu-san, ¿o ya no recuerdas lo mucho que te quejabas de dolor? Debes de guardar reposo— le ordenó.

— Eres tan mala— se quejó por lo bajo, y Aoi decidió que iba a hacerse como la que no escuchó.

Tardío florecer [InoAoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora