"Hay una estrella que nos une por encima de las almas comunes."|𝕯𝖗𝖆𝖈𝖔 𝕸.

Yule Ball +18.

Adhara.

Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad, aunque no daba crédito ni a la mitad de ellos. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias, maravilloso, mi bebida favorita. Parecía ser verdad, no obstante ese no era el punto clave de lo peor que pase durante la festividad.

No me malinterpreten, yo no necesito de un chico, mucho menos de un caballero, pero al parecer del profesor Snape, yo, siendo una de los  campeones de Hogwarts.. tenia la constante obligación de conseguir una pareja, después de todo, yo seria una de las personas que abriría el baile.

Estuve rechazando a cuantos mil chicos pudiera, tanto como Ravenclaws, Hufflepuffs, Gryffindors, Slytherins e incluso chicos de Durmstrang y Beauxbatons.

Así es, estuve a punto de ir com Viktor Krum si no hubiera sido por el obstinado de Draco, la forma en la que Viktor me había pedido que fuera su acompañante para el baile fue simplemente maravillosa.

Lo recuerdo.

Estaba con Pansy, en el gran comedor, en la mesa de Slytherin, y de mañana, bajo los pequeños rayos de luz que entraban por los ventanales, el se acerco, con su porte modesto e intimidador, venia acompañado de sus amigos, recuerdo como Pansy jalo de mi cabello, en un intento absurdo de soltármelo para que luciera más atractiva. El hizo una inclinación, y cortésmente beso mi mano, recitando las palabras que durante toda la semana había escuchado, solamente que esta vez no estaba tan desilusionada, no era tan malo después de todo.

- Oh Viktor..por supuesto..

No, simplemente no, por las puertas del gran comedor había entrado el, con Crabbe y Goyle por detrás, últimamente estaba cerca de Daphne, la chica rubia hermana mayor de la castaña, Daphne Greengrass, no me llevaba con ella en lo absoluto, a su hermana menor ni la tomaba en cuenta, pero ese no era lo que hacia gracia, sino el que siempre saliera con rubias cuando mi presencia no estaba tangente. Siempre eran ellas, llegue a pensar que era una clase de venganza por (a diferencia de el) salir con castaños.

Y el verdadero punto aquí es: El empujo a Viktor, se disculpo por ello fingiendo no haberse dado cuenta (cosa que no fue así), sonrió petuladamente y dijo arrastrando las palabras: - Vaya Krum, mi chica te diría que si, no obstante ya tiene cita ¡Por cierto Ad! ¿Ya viste tu hermoso vestido? Mi madre te lo envió, combina con mi traje, por supuesto, ella sabia que iríamos juntos. ¡Maravilloso!

Y lo peor de todo era que era cierto, después de disculparme con Viktor subí a mi habitación, más que caminando, corriendo.

Para mi no tan desgraciada vista, sobre la cama de sedosas sabanas aterciopeladas estaba una caja, una caja bastante grande, tenia un lazo perfectamente amarrado, con un sobre  encima; el perfecto sello de cera de la honorable familia Malfoy.

"Para los únicos ojos verdosos que nos quedan en la familia Malfoy.

Estaría encantada de verte con el puesto, espero te guste tanto como a mi.

Con amor, Narcissa M."

Bueno, tal vez me lo esperaba y no quería admitirlo.

...

Deseosos de impresionar a los visitantes de Beauxbatons y Durmstrang, los de Hogwarts parecían determinados a engalanar el castillo lo mejor posible en Navidad. Cuando estuvo lista la decoración, pensé que era la más sorprendente que había visto nunca en el castillo: a las barandillas de la escalinata de mármol les habían añadido carámbanos perennes; los acostumbrados doce árboles de Navidad del Gran Comedor estaban adornados con todo lo imaginable, desde luminosas bayas de acebo hasta búhos auténticos, dorados, que ululaban; y habían embrujado las armaduras para que entonaran villancicos cada vez que alguien pasaba por su lado. Era impresionante oír Adeste, fideles.. cantado por un yelmo vacío que no sabía más que la mitad de la letra.