El secreto de Draco

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Narra Elisabeth:

Las navidades estaban pasando rápido, los días en la madriguera se hacían cortos gracias a las bromas de Fred y George además no paraban de hablar de todos sus productos de la tienda y de las muchas ideas que tenían para productos nuevos. Desde luego habían nacido para ese trabajo. Yo no le había contado a Fred nada de cómo me sentía con respecto a lo de Draco, de hecho no le había contado lo que habíamos escuchado mi hermano y yo aquel día y es que sabía que no le haría ninguna gracia saber que quería ayudar a Draco aún sabiendo para quién trabajaba. Mi hermano en cambio, sí sabía cómo me sentía pero ninguno de los dos queríamos hablar sobre el tema, esperaba tener unas navidades tranquilas.

Llegó el día de nochebuena y Fred decidió que sería buena idea pasar la mañana los dos solos ya que llevábamos mucho tiempo sin poder tener un rato a solas, así que después de desayunar Fred me llevó hacia un bosque que estaba cerca de la Madriguera.

-¿Qué tal las cosas por Hogwarts?- me preguntó mientras caminábamos entre los árboles buscando un sitio en el que sentarnos.

-Bien, las cosas van bien.- le dije disimulando, pero no me creyó.

-Vamos Lizzie, a mí no me engañas, ¿qué te pasa? Llevas rara desde que llegasteis.

-No es nada Fred, de verdad.

-Ven, vamos a sentarnos y me lo cuentas ¿sí?- tiró de mi mano hacia un gran árbol y se sentó apoyando la espalda en el tronco haciendo que yo me sentara entre sus piernas de cara a él.

-Es difícil de explicar Fred.

-Vamos pequeña, soy tu novio, me puedes contar lo que sea.

-Bueno , está bien. Verás, hice las paces con Draco ya que noté que necesitaba mi ayuda, estaba muy mal Fred, tendrías que haberle visto. El caso es que un día Harry y yo le escuchamos hablar con Snape y confirmó las sospechas de mi hermano, Draco trabaja para Voldemort, aún no sabemos qué le ha pedido pero sabemos que tiene una misión.

-Wow, o sea que estás rara porque ya no vas a ser amiga de Draco, ¿no?

-Bueno Fred, lo cierto es que quiero ayudarle, Draco me necesita como su amiga y quizá yo pueda frenarle.

-¿Qué? Elisabeth ¿estás loca? No puedes ser amiga de Draco, trabaja para el señor tenebroso y ¿tú quieres ayudarle?

-Fred no lo entiendes, él me necesita.

-¿Que él te necesita? Elisabeth yo te necesito también, las cosas en la orden no van bien. Te lo dije en la carta tienes que tener cuidado y tú vas y me dices que quieres ayudar a un mortífago en potencia.

-Fred, él es mi amigo y quizá yo pueda hacer algo por él, quizá pueda evitar que cumpla la misión no sé qué le ha pedido pero tengo que ayudarle.

-Elisabeth, estamos hablando de Quien No Debe Ser Nombrado, el señor tenebroso, Draco nunca me ha caído bien y lo sabes pero jamás te pedí que te alejaras de él, pero ahora las cosas han cambiado, ¿te das cuenta el peligro que supone ayudar a alguien que tiene una misión del mismísimo Voldemort?- me sorprendí de que Fred dijera su nombre- ¿y si su misión es contra la orden? ¿y si su misión es llevarte directa a él? Elisabeth, eres una Potter, Voldemort te quiere muerta. No puedes seguir hablando con Draco.

-Me da igual lo que me digas Fred, voy a ayudarle, Draco es mi amigo y voy a estar para él te guste o no.

Me levanté de allí y me fui llorando hacia la madriguera. Sabía que a Fred no le gustaría la idea pero esperaba que lo entendiera. Llegué a la madriguera y subí directamente a uno de los baños, no quería que nadie me viera llorar. Me lavé la cara y me tranquilicé antes de volver a bajar. Al bajar me di cuenta de que Lupin y Tonks habían llegado, ya que cenarían con nosotros. Saludé con un gran abrazo a Tonks y después  abracé a mi padrino quien me apartó un poco de todos para hablar.

MellizosWhere stories live. Discover now