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Amaba el verano pero era solo por el hecho de mis apreciadas vacaciones , solo eso.  Este era el comienzo de los dos meses más preciosos de todos los años.   No tenía que ver el rostro de mis "amigas"  si así se le pueden llamar , solo tengo una amiga , una verdadera amiga. Esa la que a estado conmigo durante cinco años , la que me a soportado , la cual amo como una hermana.

-¡Isis!

Volteo a ver a mi madre que está a unos pies lejos de mi. Parece muy concentrada viendo unas latas de vegetales.

-¿Que? -  cuestiono mientras me le acerco lentamente.

Estábamos en el día de el mes que tenemos que ir de compras al supermercado. Detestaba este día , pasamos horas haciendo filas entre gente molesta.

-Busca los quesos , es lo último en la lista , por favor. - habla sin alejar su mirada de la lata de maíz en sus manos.

Sin decir palabra alguna  abro paso entre las góndolas forradas de comida y llego a mi destino.

Por suerte las neveras donde se encuentran los quesos  no hay muchas personas , solo una que otras y solo pasan a ver , y siguen su camino con sus acompañantes.

Agarro enseguida los dos típicos paquetes de queso blanco y amarillo , luego de ver sus preciosos solo opto por retomar mi camino pero un fuerte impacto en mi hombro me impide mi acción.

¿Auch?

Volteo molesta para ver de que semejante idiota es el protagonista de este catástrofe. 

No necesito hablar  , creo que con una simple mirada basta para que capte lo que acaba de hacer.

-Un poco más y me rompe el brazo. - gruño en voz baja.

El se da la vuelta pero no sin antes de recoger con algo de torpeza los paquetes de queso que antes estaban en mis manos.

-Lo siento , estaba algo distraído.

Escaneo al hombre delante de mi. Era raro , muy raro. Nunca lo había visto por aquí.

-Esta bien. - sonrío y escaneo su rostro.

¿No era algo mayor para el acné? Tampoco es que pareciera un viejo pero tampoco parece un adolescente.   Su frente estaba cubierta por un par de granos pero lo más que capta mi atención  son unas grandes esferas esmeraldas  cubiertas por unos horribles espejuelos.

El sonríe y sin pensarlo  un pequeño suspiro se me escapa.   Tenía una gran sonrisa ahí escondida.

-Gracias.

Agarro los dos paquetes de queso rallado que tenía anteriormente en mis manos  y sin compartir otra palabra  emprendo camino  a la góndola de vegetales donde me espera mi madre.

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Los olores en la casa eran exquisito. Mi madre es una grandiosa cocinera cuando se lo propone , eso si , por que cuando está de malas , es fatal.

-El hijo de la Sra. Leis a llegado a la ciudad.  -   comienza la típica conversación de mi madre a la hora de comer.

Acomodo mis pies debajo de mi y mi plato sobre mi regazo.  Teníamos siempre la costumbre de comer en la sala viendo la televisión , hoy mi padre no estaba en casa por que debe permanecer una horas extra en su trabajo , solo éramos yo y mamá , era agradable. Solo chicas.

-¿Ellos aún viven a lado? - cuestiono curiosa y mi madre solo asiente levemente con la cabeza mientras le da un mordisco a su burrito.

-El se fue hace mucho con sus abuelos , de seguro ya está echo todo un hombre.-   ella continúa.

Intento recordarlo pero se me es imposible , no sabía tan siquiera que la Sra. Leis tuviera hijos varones , solo recuerdo  a Ashley , siempre creí que ella era hija única.

-Pensé que Ashley era única.

-Quizás no lo recuerdes , la verdad nunca lo conociste , Marcel es bastante mayor.

No puedo evitar reír ante ridículo nombre.  ¿Marcel? ¿Acaso eso es tan siquiera un nombre?

Me veo obligada a dejar mis comentarios a un lado gracias a unos toques en la puerta.

Mamá deja su plato en la mesa de café y a paso ligero va a responder a la persona en la puerta.

-¡Isis!

Rodo los ojos y empujo mi plato para que le haga compañía al de mi madre en la pequeña mesa.

Arrastro mis pies fuera de la sala y me acerco a mi madre en la puerta.

-¿Que pa... - cierro la boca y veo sorprendida a las personas delante de mi.

No me sorprendía ver a la Sra. Leis o a Ashley , sino , me sorprende que el chico raro de el supermercado este ahí.  El parece igual de sorprendido que yo pero luego me muestra una pequeña sonrisa.

-¿Como estás?-  rompe el silencio la Sra. Leis.

Sonrío.

-Bien. -  es lo único que se me ocurre. No tenía la más remota idea sobre que decir.

-Que bueno , mira , el es mi viejo hijo.- ríe y el parece avergonzado. Le dedica una mala mirada a su madre.  Voltea hacia mi  y no puedo evitar reír al ver sus mejillas levemente rojas.

Increíble. ¿Los hombres se sonrojan? No lo sabía.

-Ella es Isis...- habla nuevamente la Sra. Leis y el extiende una mano en forma de saludo.

-Marcel , un gusto. - su voz es profunda. Demasiado ronca.

Por un momento me atraviesa la imagen de el entre mis piernas.

Bien , creo que debo relajarme , esto ya es demasiado.

El es mi daddy. Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora