Capítulo 3

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(Memories ~ Maroon 5)

—¿Llevas el cepillo de dientes?

—Sí—respondí, suspirando.

—¿Llevas el bloqueador?

—Sí—vuelvo a repetir.

—¿Y llevas el...?

—Mamá...

—Está bien, está bien — levanta las manos en señal de rendición.

Pero vuelve a mirarme nuevamente.

—¿Pero estás segura de que llevas todo?

—Si, mamá —digo poniendo mis manos en sus hombros—, no es la primera vez que hago una maleta.

—Lo sé —me mira nostálgica—. Pero es diferente, es la primera vez que viajaras sola y...

—... Y estaré bien ¿sí? —le aseguro.

—Sí, solo que me quedaré sola— comienza a llorar dramáticamente.

—¿Y yo que soy? ¿Un objeto?— pregunta Logan, ofendido.

—Ah, sí..., pero es diferente casi no estás en casa, es como si no estuvieras.

Logan le pone mala cara, a lo que no pude evitar reír.

—Bueno—dice papá acercándose a nosotros —. Ya están todas las maletas en el auto.

Miré a mamá quien ahora tenía un pañuelo en la mano limpiándose algunas lágrimas.

Me acerqué a ella y la abracé enseguida.

—Tranquila mamá, estaré bien.

—No me preocupo por ti —dice separándose—, me preocupo por tus compañeros de piso.

Abro la boca ofendida.

—No es verdad hija—ríe un poco—. Sabes que cualquier cosa...

—... Les llamaré, si mamá me lo has dicho unas ¿Veinte veces?

—... Y sabes que Susan vive a una media hora de la ciudad así que...

—... No dudes en hablarle si tienes un accidente —imito su voz.

Asiente mas tranquila.

—De todos modos, estarás en buenas manos— murmura.

—¿De qué hablas? —pregunté, confundida.

Pero no respondió.

Logan se acercó a abrazarme.

—Cuídate mucho, enana— se separa de mí —. Si un chico se sobre pasa contigo, golpéalo donde te enseñe —dice haciendo un movimiento con el brazo—. Ah y me quedaré tu cuarto.

—¡Mamá! —protesté.

—Nadie se quedará con tu cuarto, cariño.

—Tal vez podamos convertirlo en una sala de juegos —dice Logan, pensativo.

—Oh, podríamos hacer una sala de cine—comenta mamá apoyando la idea.

—¡Oigan! —protesté, molesta.

Por suerte papa intervino.

—Vamos cariño o llegaremos tarde.

Asentí siguiéndolo al auto.

Ni siquiera se molestaron en despedirse, estaban más ocupados planeando lo que harían con mi habitación.

De xamino al aeropuerto, papá no dijo gran cosa, se mantenía al margen con el volumen de la música bajo.

CARTAS, PROMESAS Y RECUERDOS (En edicion)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant