14

75 12 8
                                    

Sebastian estuvo unos minutos en silencio, ya dijo lo único que realmente importaba, las otras cosas por decir debían esperar o nunca ser dichas. También, estaba pensando lo difícil que era esta situación, la sola idea de no ver a Ethan nuevamente lo aterraba, tenía miedo.

Sintió cómo la respiración le fallaba, su pecho dolía y las lágrimas comenzaron a fluir en silencio.

Sollozó.

— Mírate, ya actúas como si me hubiera muerto — Había cierta molestia en aquella voz que antes fue alegre —. Me imaginé un encuentro muy emotivo cuando no estabas, pensaba volver cuando me sintiera mejor y darte una sorpresa. Pero ahora, lo único que quiero hacer es patearte para que no actúes lamentable frente a mí. No debiste buscarme para esto.

Sebastián estaba sorprendido.

En el pasado, Ethan era difícil de provocar, mantenía siempre un aura alegre y gentil que nadie podía ignorar. En este momento, él no hizo nada más que llorar para hacerlo enojar.

—Tú, ¿estás bien? — preguntó con vacilación.

— ¿Quién es Daim?

En lugar de responder, Ethan había ido directo al punto, confundiendo a Sebastian. ¿Que quién es?

— Tu... — con el corazón latiendo, Sebastian giró su mirada a la entrada por puro instinto — ¿No es ese tu hermano?

Ethan bufó.

— ¿Qué hermano...? — La compresión pareció golpearlo de repente —. Ah, con que ahora se llama así — finalmente sonrió —. Lo siento, mi hermano se llama Itsuki, olvidé que suele cambiarse de nombre porque no le gusta el suyo.

— ¿Itsuki?

— Mm. Intentó varias veces hacer que mis padres le cambiaran el nombre, incluso suplicó tantos años hasta que se rindió. Ahora lo cree inútil debido a que todos nuestros conocidos lo llaman así, pero suele cambiar de parecer cuando conoce a alguien nuevo.

— Justo ahora, él dijo que estabas durmiendo ¿te desperté? Si aún estás cansado puedes seguir durmiendo, yo me quedaré a tu lado — cambió de tema.

Ethan negó con la cabeza.

— No es necesario. Estoy sintiéndome mejor cada día. Estaba harto de sus regaños referentes a mi salud así que fingí estar dormido.

Sebastian acarició el cabello del chico denotando tanto cariño en esos toques ligeros.

— Sabía que te diría dónde estaba de todos modos, te esperé por tanto tiempo...

— Estoy aquí ahora.

— Por supuesto, estás aquí.

Sebastian tomó su mano entre las suyas.

— Me gustas — declaró.

Este fue la primera vez que él decía estas palabras desde el fondo de su corazón; antes pensaba que había una sola forma de gustarte alguien. Se había concentrado tanto en las apariencias físicas de sus amantes que jamás prestó atención a los pequeños detalles sobre sus defectos, descubrió con Ethan que era tan importante como todo lo demás.

Cuando Ethan apareció en su vida no sólo aprendió a tomar sus propias decisiones, también había algo inexplicable que le transmitía el chico, algo que no podía describir con palabras.

— ¿Lo dices para hacerme sentir mejor?

— Por favor no digas eso. Lo que dije es verdad — suplicó Sebastian.

Ethan se acomodó de lado para verlo mejor.

— Profesor, lo he observado durante bastante tiempo, lo suficiente para saber muchas cosas sobre usted. Lo suficiente para entender que sus sentimientos podrían ser momentáneos. Y no es que me moleste, no quiero que se aferre a alguien como yo, quiero que en poco tiempo olvide que alguna vez existí o que alguna vez formé parte de su vida. Fui feliz durante todo este tiempo. Estoy enamorado de usted, yo solo deseo que sea feliz sin importar con quien esté. Yo...

Sin darle tiempo a continuar con esa estupidez, Sebastian juntó sus labios con los de Ethan.

No importa lo que pienses de mi, realmente me gustas.

Fue un beso lleno de delicadeza, como si temiera romper ese cuerpo que yacía a merced de él. Apenas hubo contacto, sin embargo, esperaba haber transmitido sus sentimientos correctamente.

Si se le preguntaran por el futuro, el solo diría que es imposible hacerlo cambiar de parecer.

Los días continuaron su rumbo, Sebastian iba de visita cada día sin falta. Itsuki parecía aceptarlo cada vez más, salvo en algunas ocasiones, lo evaluaba de pies a cabeza como si no le gustara en absoluto lo que veía. Otras veces incluso se tomaba la molestia de sentarse a platicar con él hasta que Ethan se despertaba para dejarlos solos.

Isier lo acompañó una vez.

Una vez en la cual Itsuki y él terminaron discutiendo por asuntos triviales dejando a Sebastian desconcertado, éste se dedicó únicamente a comer y verlos discutir divertido mientras era ignorado por ambos.

Sebastian estuvo tanto tiempo junto a Ethan pero, en ningún momento vio a los padres de éste, se preguntaba frecuentemente sobre ese asunto, dejándolo sin sueño la mayoría del tiempo. Como alguien que siempre fue mimado extremadamente, no podía imaginarse en una situción como la de Ethan sin el apoyo de sus padres. Era tan absurdo, tan triste y dificil saber que existían ese tipo de personas. ¿Cómo podrian existir ese tipo de padres?

Bien dicen; que cuando deseas que algo ocurra, sucederá en el momento menos deseado.

El día que Sebastian conoció por primera vez a los padres de Ethan no fue porque hubieran pensado por fin en su hijo enfermo.

A veces era difícil aceptarlo.

Pero Sebastian los odió en nombre de Ethan, e incluso por Itsuki, aunque no tuviera nada que ver consigo mismo.

Esos dos niños apenas eran unos adolescentes...

Si hubieran formado parte de su familia... Ciertamente, él los habría criado de la misma manera en que él fue criado.

Sebastian quería olvidarlo pero no podía. Él había estado ahí.

El último día que visitó a Ethan... lo recordaba muy bien, él lo había visto reír tanto que creyó que pronto podría llevárselo a casa. Sin embargo, cuando Ethan tomó una siesta esa misma tarde... Jamás despertó. 


Espero poder actualizar la próxima semana, gracias por leer. 

No olviden la sección de solicitudes de One shots si desean 

El chico del apartamento 512 - Gay loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora