Eres mi lobito, pase lo que pase... (Remus Lupin × ti)

26/ Vidrios rotos...

Narra la escritora:

La noche se estaba haciendo presenté, las estrellas empezaban a salir por el horizonte, una pelirroja veía aquél atardecer muy atenta, se encontraba sentada en un borde de un puente que había en Hogwarts.

Remus: Es muy lindo, ¿no?

Emma: Es hermoso.

Remus fue y la abrazó por detrás y puso su cabeza en el hombro de Emma.

Remus: Si bueno pero no tanto como tú.

Emma: Que romántico lobito.

Se giró y quedó frente a él, él se apoyó en el barandal y ella lo atrajo con sus piernas cinchandolo de las caderas y quedando más cerca.

Remus: Te amo.

Emma: Yo mucho más.

Remus: ¿Que te parece una carrera hasta el bosque prohibido?

Emma: Bien.

Remus: Pero sin poderes.

Emma asintió, besó la punta de su nariz y ambos se pusieron alado del otro, Remus dio la señal y ambos empezaron a correr...

.........

Remus: Se ven mejor aquí las estrellas.

Emma asintió, ambos estaban acostados viendo el cielo estrellado.

Emma: ¿Ves esas estrellas que están juntas?

Remus: Si.

Emma: Esas serán nuestras estrellas.

Él sonrió y se sentó, Emma copió su acción.

Remus: Solo quiero decirte que...-Toma un poco de aire, se le notaba nervioso- Hemos pasado por bastantes cosas y este sentimiento a estado aumentado continuamente...pero me harías él hombre más feliz de la faz de la tierra si aceptarás ser la mujer que me acompañara en las buenas y en las malas, así que ¿quieres ser la mujer que me acompañara por el resto de mi vida?

Emma se sorprendió pero reaccionó y se le tiro arriba juntando sus labios.

Emma: Obviamente eso es un si.

Remus: Es una pena, no me ha quedó del todo claro ¿Y si me das otro?

Emma: Te daré mucho más hasta que te quede claro.

Ambos se sonrieron, ella lo beso nuevamente y las estrellas brillaban sobre ellos.

Narra Emma

Abrí los ojos, habían barrotes a mi alrededor, casi no poseía ropa en mi cuerpo... Me paré pero mis piernas me fallaron y caí, me sentía débil, me arrastré hasta uno de los barrotes y noté que había Covery cerca de los barrotes. Habían puesto por todas partes, el aire casi no entraba a mis pulmones por el fuerte olor que largaba aquel Covery.

Sebastian: ¡Damas y caballeros!

[Carajo...es la subasta, tengo que escapar.]