Locos.

300 43 2
                                    

El Humano estaba pensando en el beso que le dio al demonio, su corazón palpitaba rápidamente como antes de que se fuera Isolde, creyendo que esa sensación jamás regresaría desde la muerte de su esposa.

Estaba en el bosque atrapando almas pero una que otra se escapaba debido a sus sentimientos encontrados.

Sin embargo, vio que el demonio de nombre Thresh logró encender su negro y roto corazón..

Viego paro un momento a ver su reflejo en un arrolló, preguntándose.. ¿Que fue lo que vio en un humano tan aburrido?

Mientras esa duda circulaba su mente, Thresh estaba afuera del santuario pensando sobre más regalos humanos.

Lillia le había contado que en el mundo normal hay gente que le gusta leer dependiendo de que era.

Y Thresh recordó que a Viego le gustaba leer, o bueno eso es lo que suponía, si llegó aquí es por leer un largo y grande libro sobre los Kanmei y los Akane.

Solo que esta vez, no iba a mandar a un lacayo por un libro si no que iría el mismo al mundo mortal acompañado de Viego.

El plan perfecto ¿no? Thresh se estaba alistando y busco a Viego quien estaba en el bosque todavía.

Viego seguía caminando con los seres de luz en sus manos cuando de pronto sintió una presencia veloz, no sentía el aura de un Akane que no fuera Thresh, así que supuso que era un Kanmei.

Miró a todas partes cuando de pronto a su espalda estaba la famosísima vulpina que llevaba espíritus a su descanso.

- Hola humano.. Creo que ya me conoces..

Viego retrocedió ligeramente y la miró de pies a cabeza con su mirada fría y dura de siempre.

- Si, Arhi.

- Eres muy listo.. Y dime ¿que te trae por aquí?

- Yo.. Vine a hacer un trato con Thresh.

- Tengo entendido que eres su visita ¿no?

- Algo así.. ¿Y que haces aquí, vulpina?

- Solo quería advertirte que todavía estás a tiempo.

- ¿De qué hablas?

Cuando la bella mujer estaba a punto de hablar, escucho el sonido de unas ramas moverse y la vulpina reacciono.

Sus orejas se movieron y sus pupilas se dilataron, haciendo que se escapara en su forma de un pequeño zorro blanco.

Viego vio como la guía espiritual se fue corriendo y el que había hecho ese sonido era Thresh quien lo estaba buscando.

- ¿Que haces por aquí?

- Buscando almas, nada más.

Viego miró de reojo sus espaldas que es en donde se había echado a correr la chica, pero volvió a mirar a Thresh quien al parecer tenía algo que decirle.

- ¿Algo importante?

- Vamos al mundo mortal.

- Qué extraño.. Pensé que no te gustaban los humanos, que eramos pestes y alimañas.

Viego rodeo los ojos con una sonrisa socarrona mientras todavía cargaba con las almas.

Thresh levantó una ceja y puso su linterna frente a las almas, haciendo que estas la consumiera y volviera a la charla.

ᴹʸ ˢⁿᵒʷᵐᵃⁿ {ᵀʰʳᵉˢʰ ˣ ⱽⁱᵉᵍᵒ} 🪐Where stories live. Discover now