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     Jamás en su vida Hoseok había dormido tan a gusto. Se sentía súper calientito, súper cómodo, súper relajado, súper fresco. Aún acostado, se dedicó a estirarse para desentumirse por las horas de sueño, y bueno, confirmó una vez más que se sentía fantástico. Nada como una excelente noche de sueño.

Hasta se había levantado antes que sonara la alarma, y eso le puso aún más alegre. Sin duda sería un día espléndido, su colita sacudiéndose se lo aseguraba.

Hoseok abrió sus ojos, preguntándose qué era esa sensación de algo sacudiéndose en, bueno, su trasero. Debía de seguir dormido, o al menos en ese estado semi despierto en el que el cerebro no ha terminado de despertarse porque hasta veía extraño, ¿Qué le había pasado a su habitación? ¿Y por qué sentía el cuerpo tan extraño, gordito y peludito?

Torpemente se removió, queriendo verse a sí mismo pero sólo consiguió sacudirse de un lado a otro, agitándose lo suficiente para ver que tenía patas. No podía ser.

¿¡Qué?! —se levantó demasiado rápido, sentándose en el colchón para ver, ya más despierto, lo que era su cuerpo. El cuerpo de un perro— ¡No puede ser verdad! —solo veía un cuerpo gordito, con pelaje blanco y cortito. Quiso tallarse los ojos para asegurarse de que no eraba viendo mal, tirándose de nuevo a la cama y llevando sus patas delanteras a su cara. Fue inútil, al abrir los ojos seguía viendo lo mismo.

El espejo, recordó que había uno en su habitación al lado del armario, quiso levantarse para ir hasta él pero sólo podía andar en cuatro patas, lo que fue confuso, sobre todo por recién despertar y estar en una superficie tan acolchonada e inestable.

» Ay, ay, ay, ay, ay, ¡Ay, está muy alto! —gritó llegando a la orilla de su cama, quedándose impresionado con la distancia que había hasta el suelo. Se vio dando una vuelta, luego otra, hasta la tercera se atrevió a saltar cayendo torpemente en el suelo, pero ni siquiera pudo quejarse del dolor, rápido se levantó y corrió hasta el espejo de cuerpo completo, mucho más largo de lo que necesitaba ahora.

La imagen no mintió, frente a sus ojos estaba la clara imagen de un perrito que él reconocía a la perfección » ¿Mickey? ¡Ahhhh! —demasiado impresionado porque hubiera abierto el hocico al mismo tiempo que habló, y gritó, Hoseok retrocedió horrorizado— ¡No, no, no! ¡¿Soy Mickey?! —regresó a verse en el espejo, su naricita húmeda casi tocando el vidrio por lo que estuvo muy de cerca, observando de primera persona su negra nariz, ojos obscuros, bigote gracioso y pelaje blanco con sus tonalidades cafés. Ese sin duda alguna era Mickey, con sus ojos saltones y orejas obscuras, incluso se levantaron graciosamente cuando la sorpresa fue demasiada.

Tenía que ser una pesadilla, una de la que tenía que salir ya. Se dio la vuelta y corrió hasta el otro lado de la habitación, sus orejitas saltando graciosamente con cada brinco dado. De repente se giró y volvió a correr, dispuesto a darse duro contra el espejo, estaba seguro de que así se despertaría.

El golpe fue duro y resonó en la pobre cabeza del perro que se tambaleó ligeramente, sin haberle hecho nada al espejo. Bien, no era un sueño » Au... necesito ayuda —todavía un poco aturdido por el golpe, fue hasta la puerta de su habitación la cuál mantenía cerrada—, chicos, ¿Me escuchan? —preguntó, tratando de agacharse para ver por debajo de la puerta, estando ahí gritó— ¡Ayúdenme!

Aparte de su grito, se levantó para empezar a pegarle a la puerta con sus patitas delanteras, rascando la puerta lo más que pudo » ¡Ayuda! —también dio sus saltitos en sus patas traseras, dando su mayor esfuerzo para alcanzar el pomo de la puerta con forma de L— ¡Saquénme de aquí!

¿Hyung? —se detuvo de repente, esperando a escuchar nuevamente esa voz al otro lado de la puerta— Sólo... espere... —Jimin estaba del otro lado, hablándole con una calma que Hoseok de verdad necesitaba. Retrocedió alejándose de la puerta algunos pasos.

p e t s  |  b t s [ft. TXT&EN-]Where stories live. Discover now