Yo nunca me fuí. Volkacio.

.6.

"Te quería tanto
que tus mentiras para
mi eran verdades" —.NGA

Las luces iluminaron el pequeño departamento, cerró la puerta lentamente lanzando las llaves al pequeño platillo en forma de cabeza de gato, quito sus deportivas moradas dejándolas en el zapatero, y seguido de eso, suspiro caminando hasta su cocina.

La casa estaba silenciosa a causa de la ausencia de su novio y hermano.

Una vez llegó a la cocina vio dos notas pegadas en la nevera, ambas las tomo.

"Te dejé en la nevera lasaña, caliéntala,
te quiero."

La caligrafía era perfecta, sabía perfectamente de quién era, abrió la nevera y vio un tupper, lo agarro y cerró con el pie la nevera. Con la otra mano leyó la otra.

"Cochino me ha surgido algo, mañana
lo solucionaré."

Frunció el ceño de mala gana arrugando la nota y dejándola sobre la encimara, se dispuso a calentar sus macarrones con la mirada fina en algún punto de la pared.

—¿A que huele? —preguntó con una pequeña sonrisa llegando a la cocina, se sentó en el taburete.

Volkov besó su cabeza mientras dejaba dos boles —. ¡Ramen! —dijo con una sonrisa —. También pedí sushi.

Frunció el ceño aún más negando con la cabeza, intentando dispersar aquellos recuerdos que ya no querían ser recordados.

Un pitido constante sacó de su divagación al de la cresta, abrió el microondas y camino hasta el salón, se sentó en el sofá, con pereza alargó la mano alcanzando el mando.

—¡Noche de pelis! —canturreó Horacio lanzándose casi sobre el ruso, este le abrazó sin dejar de ver la lista de películas.

—¿Te gusta esta? —dijo mirando la sinopsis.

Horacio sin apartar la mirada del rostro del ruso dijo —: Me encanta.

—¿Enserio? —exclamó para sí mismo cabreado —. ¡Para ya, para!

Una vez se pidió a sí mismo que se detuviera de recordar aquellos buenos momentos encendió la televisión y comenzó a hacer zapping mientras comía aquella lasaña pre-cocinada algo fría en su interior. Arto de la basura que daba la televisión la apago y sacó su teléfono, por mero aburrimiento entro en Twitter, ahí siempre había algún que otro cotilleo de lo más nuevo que había en la caótica ciudad.

Su sorpresa fue más grande cuando vio que de quien hablaban no era de alguno cualquiera, era del propio comisario.

"Otra vez el comisario de los cojones merodeando y multando, ¿No puede volver a irse a la mierda?"

Pincho en ese Twitt mostrando las numerosas respuestas que habían. Entre ellas una en la que fue "nombrado":

"¿Por qué se marchó?"
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—> "Por qué abandono al inspector, Horacio Pérez. Nadie sabe muy bien por que."
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—> "Tal vez hubieron otras personas de por medio, seguramente..."

Cerró los ojos con fuerza bloqueando el teléfono, aún que esos Twitts llevaban desde que llegó el comisario, al parecer era un tema que no se dejaba de hablar y por lo tanto seguía más vivo que nunca el hablar y especular.

Dejó el bol sobre la mesa y camino hasta su habitación, quito su camisa y calcetines, se tiro sobre la cama quedando boca abajo.

—Vas a llegar tarde —dijo el ruso quitándole las mantas.

—Quiero quedarme contigo —exclamó agarrando los extremos del colchón con fuerza.

—¡Horacio vamos levanta! —exclamó con una sonrisa.

El chico alzó la cabeza e hizo el amago de levantarse, mas este se detuvo al darse cuenta que solo había sido su mente jugando con él, relajó su espalda dejando ser su cabeza en el colchón.

—¿Se fue sin decirme nada? Viktor no haría eso, ¡Seguro le pasó algo y...! —sus gritos desesperados fueron de golpe acallados al ver en su mano la placa del comisario.

—"Adiós, Conway." —leyó el intendente.

—No puede ser... —susurro con su rostro empañándose de lágrimas.

Merecía un capítulo de como era la relación etc.

La canción define muy bien, supongo.

By:N.G.A