Capítulo 8

1.1K 141 20
                                    

Seokjin:


Hoy, después del trabajo, le había hablado por teléfono. 

Tenía que decirle a Namjoon, merece saberlo, al fin y al cabo es su bebé también. No quiero cargar con una gran culpa toda mi vida. Hoy es miércoles y lo invité a comer para hablar sobre dicho tema.

Le diría que no se preocupara por mí, que yo y nuestro hijo íbamos a estar bien con él a miles de kilómetros lejos. Eso no suena muy reconfortante... Pero ya que.

El cuerpo me temblaba de pies a cabeza, tuve miedo de caerme mientras tomaba una ducha caliente. El frío ya se estaba yendo, hoy el sol brillaba. Las primeras semanas de abril siempre eran buenas, me gustaba sentirme cálido y fresco a la vez. La primavera llegaría pronto, esta era de mis épocas favoritas, aparte de la Navidad.

Salí de la ducha, mi ropa ya estaba tendida en la cama. Me pasé aproximadamente dos horas buscando qué ponerme. Diablos, era solo Namjoon... ¡Qué digo! No solo es Namjoon...

Es Namjoon con su sonrisa grande y contagiosa, adornada por sus profundos hoyuelos que demuestra que tan alegre está. Irradiando buena vibra por donde vaya, contando sus chistes horribles pero que te hacen reír por la manera en la que él los cuenta. Su atractiva piel ligeramente bronceada. Sus torpes piernas largas... Oh, sus magníficas piernas. Su voz con un toque de sensualidad al final de cualquier oración. Sus manos fuertes, que te sostienen, al igual que sus brazos fornidos.

Todo él es simplemente increíble. Todo él me había enamorado, dolía aceptarlo (aunque ya lo hubiese hecho hace unos años atrás). Dolía porque sé que él no me ve más allá de su mejor amigo. Dolía porque él no siente lo mismo. 

Se sentía tan bien estar con él, hablar con él, verlo, tenerlo cerca y olerlo. Sentir como si solo fuéramos nosotros dos... 

Cuando terminé de vestirme, volví al baño, tomé la secadora y un peine; me puse a trabajar con mi cabello. Lo dejé igual que siempre. Después de diez minutos, lavé mis dientes y, ahora sí, estaba listo.

Me adentré en el restaurante para buscar una mesa. Cité a Namjoon aquí, cerca de las 4 p. m.; todavía faltaba un poco para eso. Llegué antes porque no sabía cómo decirle. Hubiese practicado, o tal vez le pude haber mandado la noticia por escrito... Mejor se lo hubiera dicho una vez que él estuviera en Seúl.

Encontré una mesa un poco alejada de los demás, corrí la silla y me senté en ella. Me quedé ahí, ideando varias posibles opciones para decirle que estaba embarazado.

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta de cuando él entró al establecimiento.

—Jin, ¿estás bien? —preguntó pasando una de sus manos frente a mí para que reaccionara.

—¿Ah? Sí, claro. Estoy perfectamente bien. —sonreí nervioso acomodando mi cabello, el cual, no se había movido ni un poco.

—¿De qué querías hablar, bebé? —tomó mi mano que estaba sobre la mesa y sonrió cálidamente haciéndome sentir tranquilo.

Joder, cómo me fascinaba que me diga esos apodos.

—Yo... Namjoon... No sé cómo decir esto... —apreté su mano con la mía y lo miré con el ceño fruncido, tragué saliva duramente.

"Vamos, Kim Seokjin, tú puedes".

—¿Estás terminando conmigo? —dramatizó colocando una mano en su frente y abrió la boca soltando un diminuto "oh".

Rió, y copié su acción.

—No seas idiota. Y no, no es eso... —suspiré decidido a decirle— Estoy... Emba-arazado. —tartamudeé nerviosamente.

BABIES FOR SEOKJIN. ➸namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora