Capítulo 2

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Al día siguiente Jungkook estuvo igual de aburrido. A diferencia de que tenía cuatro tareas para hacer cuando llegara a su casa.

Cómo todas las mañanas Taehyung estaba sentado al lado de él, solo que ahora se encontraba jugando a las cartas con una compañera que tenía delante. Se llamaba Lisa y tenía el cabello corto por el cuello y se veía muy brillante. Jungkook pensaba que ella usaba un shampoo muy caro.

O posiblemente se lavara la cabeza en una peluquería cada vez que lo necesitase.

Todos en esa universidad parecían tener cabellos brillantes. Excepto él. Su cabello era negro y a veces en su casa apenas había había agua (todo dependía de sí sus padres tenían dinero para pagar los bienes extra como la luz, gas y agua potable)

Cuando Jungkook estaba en secundaria solía aprovechar las duchas del gimnasio y se aseaba allí los lunes, miércoles y viernes que eran los días que estaba disponible el gimnasio.

—  Oye tú, Mini Tony Stark —  lo llamó Lisa con un gesto de mano —  ¿Juegas al Uno?

¿Acaso esa chica tan hermosa le estaba hablando?

¿A él?

— Esto... —  Jungkook sacó los apuntes de su mochila —  debería estar aprovechando la hora libre para ponerme al día con...

— Ay vamos, ven a jugar.

Jungkook no sabía qué hacer, pero aún así se acercó. Vamos, por el amor de Dios, ya tenía 19 años, podía ser un adulto sociable.

Excepto que no sabía jugar a las cartas. Él no había tenido amigos jamás, todo lo compartía con sus padres: charlas sobre cosas sin importancia hasta asuntos escolares y ayuda por la tarea. En resumen y, lamentablemente, sus padres eran sus mejores amigos.

Y ellos tampoco jugaban a las cartas. Así que en resumen: estaba jodido.

—  Ehh... Bueno, a decir verdad nunca he tenido tiempo de jugar a este juego de mesa —  comenzó a explicar él con media sonrisa — ¿Podrían explícame?

Taehyung puso los ojos en blanco y lo miró de arriba abajo. Su atuendo le llamó la atención.

— ¿Estás... Vestido igual que ayer?

Jungkook se quería matar. Creía que Taehyung ni nadie más se daría cuenta.

— Oh es qué... Ayer me dormí con esta ropa y hoy me levanté y vine directo

— Pero... ¿No tienes auto? — le preguntó Lisa. Claro, todos en esa maldita universidad tenían un auto, posiblemente un Ferrari o un Mercedes Benz o un Audi cuatro o un Renault de los buenos... ¡O un maldito Jeep!

Jungkook tenía que buscar una solución ¡Y rápido!

— Tengo una motocicleta, pero está en el taller. No puedo usarla hasta que la arreglen.

Lisa y Taehyung se miraron.

— Uhh... Una moto debe ser peligrosa. —  Lisa le dio un puñetazo con amabilidad — chico malo, i like it.

— En vez de esperar a que te la reparen deberías comprarte otra — aconsejó Taehyung desinteresado.

Genial ¿Qué se supone que debía responder al respecto?

— Es qué... La moto es nueva ¿Saben? Me la dieron apenas un mes por mi cumpleaños.

—  ¿Y la rompiste?

— Algo así... —  le contestó a Lisa.

— En fin, juguemos. —  dijo ella mientras procedía a explicarle el juego.

Y Jungkook había tenido mala suerte, pues... Entre los dos le habían hecho robar veinte cartas en su contra.

Ahora se maldecía a si mismo por haber puesto un "+4".

—  Soy un asco en esto. —  dijo lanzado las cartas en la mesa.

Él jugaba para ganar, no para perder. Claro que no.

—  Oye mini Tony ¿Qué haces con una mochila de iron man? —  preguntó Lisa. — Sin ofender, pero... ¿No crees que es un poco inmaduro?

Genial, Jungkook no tenía ni idea qué decir ante eso. Ya había mentido con lo de la moto ¿Qué diría por la mochila de iron man que para colmo estaba agujereada en la parte de abajo?

¿Cómo explicaba eso?

— Es que traigo muchas cosas y la mochila es grande. Tengo otras tres en casa, pero son pequeñas.

—  Puedes dejar tus cosas en la residencia—  dijo Taehyung repartiendo las cartas.

— No quiero venir a la residencia.

—  ¡Pero así te haces independiente, Mini Tony! —  Lisa volvió a darle un puñetazo amable —  aparte, te pierdes de las mejores fiestas de toda tu vida. ¡Apuesto a que nunca has ido a una fiesta tan buena como las de Jackson Wang! ¿Has ido a fiestas antes, verdad?

— Claro. —  Jungkook mintió asintiendo con la cabeza repetidas veces — iba a cinco fiestas por mes.

— Déjalo en paz, Lisa. Respeta su opinión. 

Lisa hizo un puchero y siguió jugando a las cartas.

A partir de ese momento, Jungkook no podría dejar de decir mentiras para impresionar. O de lo contrario sería un chico patético y sin amigos. 


Good Boy, Bad Liar |TK| ✔Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon