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Annabelle despertó cuando sintió como alguien repartía tiernos besos por su cuello y la tomaba de la cintura con delicadeza, acercándola a su cuerpo
Frunció el ceño al no saber quién era, recordaba perfectamente la noche anterior y se había ido a acostar, luego de encargarse que las hermanas Forbes ya se habían dormido, y estaba segura que ninguna persona se había dormido con ella
-Damon, te juro que si eres tú te dejare sin tu amuleto de la suerte y además le diré a Stefan que...- se giró y se interrumpió a su misma cuando vio a Massimo detrás de ella
-No, soy Damon, soy mejor que Damon- sonrió el licántropo antes de juntar sus labios con los de su chica
-¿Que haces aquí? ¿Cuando llegaste?- pregunto Annabelle sobre los labios de su novio
-Acabó de llegar, me dejó entrar una de tus amigas- murmuró antes de dirigir sus labios al cuello de la chica, volviendo a dejar besos en el, solo que esta vez, más húmedos
-Massimo, debes detenerte, aquí estamos pasando por un momento difícil y no quiero incomodarlos- susurró Anna pero nunca se separo de él
-¿Porque tendría que ser yo quien se detenga- pregunto con voz melosa el licántropo, al mismo tiempo que se colocaba sobre Anna sin aplastarla
»Detenme tú- la observó a los ojos y esta vez fue ella quien juntó sus labios en un necesitado beso
Luego de varios segundos, mientras Anna quitaba la camisa de su novio, él besaba y succionaba su cuello con necesidad
-Hueles tan bien, amor- murmuró sobre su cuello el chico
Annabelle abrió los ojos como platos y hizo un ademán con la mano, causando que un fuerte viento escarlata estrellada a "Massimo" contra la pared
