Me secuestro y tomo sin permiso lo que fue mi sangre, y con ella se llevó mi curiosidad e inevitable atracción a lo que fue mi amo.
¿Acoso fue Estocolmo?
O
¿Amor?
muy pronto lo sabré.....
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Leer la nota de la autora Es de suma importancia.
Hunter:
Había descargado todo lo tenía dentro de Valeria y ya me había sentido más calmado y tranquilo. Fuera de preocupaciones y el nerviosismo que me había provocando la Camila al verla.
Recordarla me hacía tener un nudo en la garganta y encendía la gran cantidad de odio que le tenía.
Saco mi miembro fuera de la vagina de Valeria y veo como cantidades de semen salían de ella, lo que provocó una sonrisa en mi rostro mientras escuchaba lo agitada que se escuchaba y trataba de recuperar el equilibrio de sus piernas una vez que la dejó de sostener.
Subo mis pantalones y acomodo mi correa mientras miraba a Valeria, quien se intentaba incorporar correctamente pero se tambaleaba en el intento. La verdad se me hacía fácil manipularla o engañarla, creo que si sería un gran señuelo como mi "reina"
Se baja por completo la playera y se voltea para darme la cara, algo ruborizaba y avergonzada.
— Vámonos. —Ordenó para ponerme en marcha a pasos rápidos.
— Es-Espera. —La escuchó decir débilmente detrás de mi, pero la ignoro y sigo caminando.
Tenía que llegar rápido al estudio de mi padre para explicarle la incómoda situación que me había metido por mis impulsos.
Antes de llegar a la salida del pasadizo me volteo para buscar a Valeria, cuya figura no estaba. Ruedo los ojos y con mi velocidad llego a donde estaba.
— ¿No puedes caminar o que?. —Suelto molesto y esta me mira a los ojos con cara de pocos amigos.
— ¿Acaso vez que puedo?. —Responde con molestia como si fuera lo más obvio del mundo y suelto un suspiro.
Me acerco a ella y la agarro de la cintura con mis dos manos.
— Es-Espero todavía no estoy..... —Suelta nerviosa y le dedicó una sonrisa pícara antes de cárgala sobre mi hombro derecho como un costal de papas. —¡Hey! Se me bajará la sangre a la cabeza espera!!. —Se queja con pataleos en el aire y golpes en mi espalda como si eso me lastimara.
"Ingenua.."
— ¡Cállate!, se supone que te estoy ayudando. —Murmuró con molestia lo último mientras caminaba con los pataleos de Valeria sobre mi hombro.
De repente se quedó quieta, lo que me facilito que la llevara hasta la salida y una vez que llegamos, la bajo en medio del pasillo de la mansión para después escuchar el ruido de la puerta del pasadizo cerrarse con rapidez.
