Capítulo 3

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Llevábamos un par de semanas en "Luz de Gracia" y como había dicho anteriormente Ludociel solo habíamos salido tres veces para unos enfrentamientos con los demonios en la frontera del Bosque del Rey Hada, pero una vez que acabaron tuvimos que volver de inmediato sin siquiera dejarnos ayudar a curar a los heridos, nos decía que para eso estaban el resto de miembros de nuestro clan, que nosotros eramos superiores y que no teníamos que ocuparnos de asuntos tan triviales.

Ademas, ahora que Meliodas había traicionado al clan de los demonios para estar con Elisabeth, los enfrentamientos habían aumentado, a nosotros Ludociel solo nos dejaba participar en las mas importantes; lo de su relación solo lo seguíamos sabiendo Sariel y yo porque no podíamos arriesgarnos a que avisaran a la Deidad Suprema, a fin de cuentas una relación entre clanes para nosotros estaba totalmente prohibida y penada de muerte, incluso estaba mal visto si eran de distintos rangos pero ahí ya no podían hacer nada, no sabíamos lo que podía pasar si su romance llegaba a salir a la luz, por lo que Eli aprovechaba que si que podía salir para encontrarse con el en el Templo del Cielo, dado que en bosque seria muy peligroso porque podrían verles y ahora que todos estábamos pendientes de la guerra ese era un lugar seguro.

Por nuestra parte habíamos estado encerrados durante semanas, pero durante ese tiempo le hicimos la vida imposible a Ludociel, a tal punto que prefería pasarse el día vigilando las fronteras a convivir con nosotros, como nunca estaba en la base intentamos escaparnos múltiples veces pero siempre que eso pasaba aparecía instantáneamente detrás nuestra, llegamos a pensar que tenia algún tipo de  superpoder de hermano mayor de tres bromistas liantes, hoy descubrimos que simplemente Nerobasta llevaba vigilandonos todo este tiempo reprimiendo su aura y poderes para que no la sintiéramos, nosotros nos sentimos muy ofendidos por eso y el drama que Sariel le monto cuando llego fue magnifico.

  -¿Como pudiste hacernos esto? Se suponía que eras nuestro hermano mayor, nuestro héroe, nuestro ejemplo a seguir- decía mientras soltaba un par de lagrimas falsas formadas por la gracia de Tarmiel, por lo que pude suponer que esto estaba planeado-Se suponía que nos querías- pero nadie se esperaba lo que iba a decir a continuación-Y nos has cambiado por un par de tetas grandes- la cara de Ludociel en esos momentos se merecía un retrato, yo tuve que esconder mi cara en el pecho de Tarmiel y morderme el interior de la mejilla para evitar reírme.

  -Sariel estas malinterpretando las cosas- intento justificarse Ludociel.

  - Has ofendido a nuestra hermanita- ese comentario me confundió, no sabia de que estaba hablando Tarmiel- Es cierto que Eir no esta muy desarrollada pero se la quiere igual.

Ludociel no quiso seguir con esa conversación subóptima, menos aun cuando vio mi cara tras separarme de Tarmiel, y se fue; yo decidí usar mi propia gracia para darles un calambrazo a ambos haciendo que sobresaltaran.

  - Tarmiel, hermanito, ¿a quien has llamado plana?- dije tranquilamente mientras él se ponía pálido.

  -Veras... hermanita... yo...- decía mientras me miraba con una cara de absoluto terror.

  -Solo intentábamos gastarle una broma a Ludociel para reírnos de su cara- dijo Sariel intentando salvar a nuestro hermano.

  - Y debes reconocer que si te comparamos con Nerobasta o Lady Elisabeth no tienes muchas tetas- la mirada que le eche no fue para nada buena y él se dio cuenta- Pero de normal son unos pechos de un tamaño... normalillo, no es que seas plana-yo le miraba seria mientras Sariel se divertía de como estaba tratando de arreglarlo, claramente sin éxito. 

Esa fue la razón por la que me pase la noche intentando electrocutar a Tarmiel mientras Sariel y Mael nos seguían, el primero riéndose y el segundo intentando detenernos, pero no paramos hasta varias horas después que llego Ludociel y aprovecho para darnos un nuevo discurso, por La Deidad Suprema, que habilidad tenia este hombre para inventarse discursos sobre la marcha y que le salgan tan extensos e insoportables, me imagino que serán los siglos de practica; pero en medio de este cometió el error de volver a hablar sobre mi pecho.

  -¡Se puede saber que clase de enfermiza fijación tenéis con mis tetas!- dije después de darle un calambrazo a él también.

Ya cansada de la situación me fui a dormir, pero por el camino escuche las carcajadas de Sariel seguidas de unos golpes que demostraban las collejas que se llevo por parte de los otros tres, y yo de paso le mande un pequeño calambre por el aire.

Al día siguiente Ludociel volvió a levantarnos temprano porque quería hacer una reunión, habíamos descubierto que una gran tropa de demonios se dirijan hacia aquí y teníamos que planear la defensiva

  -Eir, dado que Lady Elisabeth no se encuentra aquí, quiero que vayas a buscarla mientras yo empiezo a trazar los planes.

  -¿Por qué ella y no nosotros?- replico Sariel- No es justo, nosotros también llevamos semanas encerrados.

  -La elegí a ella y no a vosotros por la escenita indigna que montasteis ayer, ademas de por la que estas montando ahora, no puedo dejar que desprestigies a nuestro clan con tus infantiles y aunque ella es la mas pequeña la mayoría de las veces es mas madura que vosotros dos juntos- sabia que lo de "mayoría" venia de las veces que me unía a las bromas o me comportaba como una niña pequeña y también sabia que Ludociel prefería no hablar de lo de ayer porque ese era terreno pantanoso y acabaría electrocutado.

Teniendo en cuenta que sus discusiones podían llegar a durar horas y nuestro tiempo en estos momentos era limitado salí a buscarla.

  -Lady Elisabeth- la llame en cuanto la encontré, con eso me llame la atención de los cuatro presentes.

Al fijarme reconocí a Meliodas, a un gigante de piel verde y pelo castaño oscuro con un solo ojo, no había visto a muchos gigantes pero estaba segura de que este era mas grande de la media y que en su clan no era normal tener cuatro brazos; también pude ver a un hada, era pelirrojo y tenia el pelo largo, los ojos ámbar claro y unas extensa y coloridas alas.


Ese fue nuestro prime encuentro, pero en esos momentos no nos podíamos imaginar lo que iba a acabar causando

Alas caídas (Gloxinia)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant