Capítulo 10

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Después de que Ludociel despertase todo se tranquilizo en Luz de Gracia, lo único malo era que él creía que me gustaba Gloxinia, y, aunque era cierto, sabia que mis sentimientos estaban prohibidos, nadie podía saberlo o las consecuencias serian fatales.

Gloxinia y yo éramos muy buenos amigos, no había día en el que no nos viésemos en aquel lago en medio del bosque, y allí reíamos, jugábamos y todas las tardes acabábamos abrazados o de la mano viendo al agua cambiar de color mientras se ponía el sol, para luego separarnos y volver a nuestras tareas y deberes; atesoraba esos recuerdos en mi corazón con el mayor cariño posible, él era mi primer amor y por muy doloroso que fuera, llevaría ese dolor conmigo eternamente dado que las Diosas solo se enamoran una vez, esa era la razón por la cual Elisabeth y algunos otros antes decidieron dejar a un lado las restricciones de nuestro clan, ellos preferían estar un tiempo con la persona que amaban a no hacerlo y estar siempre solos, lo mas probable es que yo sea el segundo caso porque aunque lo que mas desee sea estar con él, yo era un arcángel y si hacia algo similar no solo yo me vería afectada por mi falta, mis hermanos también sufrirían las consecuencias de no habérmelo impedido. Elisabeth en ese sentido tenia suerte, sus decisiones solo le podían afectar a ella.

Justamente en ese momento estaba sentada esperando en la orilla del lago mientras el agua mojaba mis pies, sin embargo por estar pensada no me di cuenta de cuando apareció hasta que se puso delante mía y me salpico.

 -¡Gloxinia!- Él empezó a reírse y yo aproveche que también se había distraído para salpicarle.

 -¡Eh!, eso se puede considerar traición, estoy muy ofendido y decepcionando, a parte de estarme planteando si mantener la alianza entre nuestros clanes- Yo me reí porque nadie podía creerle en esos momentos, estaba intentando no reírse y poner un puchero al mismo tiempo- Acepto que yo te moje primero pero tenia que encontrar alguna forma de que mi pequeña arcángel reaccionase, por lo que mi acción esta justificada.

 -Lo que tu digas mi rey hada- Al terminar esa frase empezó a reírse conmigo.

Después de eso se sentó a mi lado y me cogí la mano.

 -Sé que es egoísta de mi parte, pero no quiero esta Guerra Santa acabe, porque eso implica que no volveremos a vernos; sé que no esta bien, porque a fin de cuentas soy un rey, debo velar por mi pueblo no por mis intereses personales, ellos dependen de mi. Pero no quiero perderte.

 -No te preocupes por eso, podemos seguir viéndonos, no seria la primera vez que me escapo de mis hermanos; y pensar en ti mismo de vez en cuando no te vuelve un mal rey, el resto de las hadas no te lo pueden reprochar, sigues siendo una persona y además dedicas todo tu tiempo disponible en pensar en como mejorar el bosque y la vida de todos los que habitan en el. Eres el mejor rey que tu pueblo podría pedir y lo saben, solo hay que ver todo el cariño y respeto que te tienen; si no me crees puedes preguntarle a tu hermana, Gerheade te dirá lo mismo que yo.

 -Supongo que tienes razón pequeño arcángel.

 -Siempre la tengo rey hada.

Separe nuestros dedos entrelazados para así poder abrazarle, por mucho que quisiera dar el siguiente paso sabía que seria el peor error que podría cometer, quizás no en el momento pero si en un tiempo, por lo que esto es lo máximo que puedo llegar a obtener.

 -Hay una Reunión inmediata y tienes que acudir a Luz de Gracia, Eir- Gloxinia y yo nos separamos en cuanto escuchamos la voz.

 -Ya voy Mael.

Me fui volando con mi hermano pero enseguida me di cuenta de que no nos estábamos dirigiendo a Luz de Gracia, si no a un lugar en medio del bosque donde no había nadie.

 -¿No dijiste que había una Reunión urgente, hermano?

 -Solo lo dije para que vinieras conmigo y te separaras del rey hada- Contesto- Ludociel me dijo que te vigilase, al principio no entendía el porque, pero ahora ya lo sé, ¿sabes siquiera que puede pasarte si alguien a parte de nosotros lo descubre?, imagínate por un momento que quien os hubiese sorprendido fuese cualquier otro miembro del clan y no yo.

 -Lo sé perfectamente Mael, reconozco que actué un poco impulsivamente, no me esperaba que nos fuesen a encontrar.

 -¿Si lo sabes perfectamente porque no te has alejado ya de él?

 -Lo dices como si fuese lo mas fácil del mundo, aunque tu sabes que no es así, y si lo es ¿Por qué no te has alejado todavía de Elisabeth?

Alas caídas (Gloxinia)Onde histórias criam vida. Descubra agora