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—¡Yang Hyemin! ~llamó su madre~
—¿Qué? ~preguntó agotada~
—Te dije que la de etiqueta azul, no roja ~reclamó refiriéndose a una crema~
—¡Dijiste que la de etiqueta roja! ~defendió~
—Por supuesto que no, yo sé bien lo que dije y no fue eso ~se cruzó de brazos~
—Pff ~suspiró y se fue a la parte trasera del local a buscar la crema~
Había un grande anaquel lleno de diversos productos para la cara, el cabello y muchas otras cosas, eran demasiadas por lo que era difícil para Hyemin encontrar la que su madre pedía.
—Debe estar por aquí ~dijo para sí misma y comenzó a buscar de nuevo~
La madre de Hyemin se quedó barriendo el cabello que anteriormente había cortado a un cliente, en eso, alguien abrió la puerta del local.
—¡Ahí estas! ~exclamó emocionada la señora Hwang, madre de Inyeop~
—¡Oh santo Dios!, ¡eres tú! ~exclamó emocionada mientras agitaba las manos rápidamente~
Inyeop rió nasalmente por aquel encuentro y agachó la cabeza para poder entrar por la puerta del local, luego se quedó mirando alrededor
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Ambas corrieron a abrazarse con entusiasmo.
—¡Mírate!, me alegra ver que estás saludable ~dijo la madre de Hyemin~
—Gracias a mi doctor y al duro trabajo de mi hijo he podido salir bien ~sonrió~
—¿Él es tu hijo? ~preguntó asombrada mirando a Inyeop~
Ella asintió.
—Oh mira eso ~aplaudió con la boca ligeramente abierta~ ¿qué les das de comer que se puso tan guapo?
Inyeop rió con un leve sonrojo y reverenció con la cabeza —Un gusto ~sonrió~
—Oh dioses ~la madre de Hyemin no terminaba de creer lo hermoso que era él~ el gusto es mío.
