L A

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Sus ojos oscuros.
Sus cabellos revueltos.
Sus frenillos dentales.
Sus emociones desbordantes.
Sus sonrisas.
Sus risas.

Todo de él le encantaba.
Todo, hasta sus métodos de lucha perfectos.
Métodos que usaba contra él cada que cruzaban miradas por el pasillo al ver al otro chico tomado da la mano con otro niño.

Un niño que no era él.

No era celoso... bueno, quizás tan solo un poco, pero ese no era el punto.

Stan estaba molesto de verlo tan feliz solo por aprobar matemáticas y él no pudo ni siquiera poder terminar su examen. No era su culpa que aquella maestra suplente le hayan dado un examen sorpresa solo para ver qué tan buenos eran en la materialización. No era su culpa, era culpa de su hermana que jamás lo dejó estudiar adecuadamente por las noches cuando se ponía a cantar canciones de Lorde a todo pulmón.

Tampoco era su culpa darle el primer golpe al niño que aprobó con 9 el trimestre y se río en su cara mostrándole su libreta con esa típica aura de superioridad que llevaba desde hacía tiempo. Se lo merecía se vivía repitiendo mentalmente aún estando frente a la consejería.

Frunció su ceño al recordar los golpes que el contrario le devolvía casi al instante, a veces se sentían hipnotizante aquellos puños estando en el aire hasta que la realidad lo golpeaba y le era inevitable devolverle el golpe con una patada en la cara. Le rompió la nariz, o al menos eso creyó al verlo sangrar luego de que este cayera al suelo por su culpa. De todos modos se levantó volviendo al pleito.

Era imposible negarle algo.
Aún si fuera en una pelea, no podría decirle que no.

Sus padres lo reprendieron durante toda la charla con sus directivos luego del castigo, los padres del otro niño también estaban ahí junto a él, pero su trato era diferente.

Recibió una advertencia, le dijeron que si se volvía a meter en otra pelea, iba a ser suspendido por tres días. Rodó los ojos soltando un bufido de cansancio.

-. No es justo -. Soltó con un tono resentido, quizás de celos, luego de salir de consejería para ir directo a su salón donde sus amigos lo veían a él y luego entre sí, con pesadez.

-. Los padres de Craig siempre fueron así de violentos, no me es de sorpresa que le vaya bien durante sus pleitos matutinos -. Kyle hablaba suave, buscaba no provocar los sentimientos de ira de su mejor amigo o lo empeoraría todo, ya lo conocía.

Pero para Marsh, aceptar que los padres de tu rival, aquél niño que detestaba con todo el alma, aprueben las aptitudes de Tucker era algo casi imposible para él.

Con aquél otro niño, él no era violento.
Con aquél otro niño, era cariñoso.

-. Eso ya lo se, ¿pero qué esperan que haga? Que lo entienda o sienta empatía cuando ni él lo siente por mí, es imposible, no se puede.

-. Stan, deja de hablar como mujer en sus días y piensa bien las cosas ¿quieres, hippie? Él es violento con todos y todas, no respeta a nadie que lo ofenda ¿qué no te diste cuenta que tú fuiste quien empezó?

-. Si, lo se. Pero aún así-

-. Craig solo es..."amigable" con Tweek -. Lo interrumpió.

¿Quién no sería amigable con la persona que te gusta?
Claro, él mismo probablemente.

-. Ya entendí, eso lo tengo muy en claro -. Suspiró cansado.

-. Muy bien, ahora solo ve y vuélvete su amigo -. Los presentes miraron de mala forma al niño rubio de la parca, aquél que era etiquetado por el callado del salón -. ¿Qué?

-. Kenny, Craig es una mierda -. Aclaró ahora el castaño de corpulencia robusta, aquél que el salón creía - y aún cree - un psicópata -. No tienes porqué ser su amigo, solo no jodan y peleen fuera de la escuela, hay menos problemas de esa forma -. Stan parecía pensarlo.

-. ¿Qué? Craig tampoco es un mal chico. Si, se mete en problemas casi siempre, pero el es así, un bruto de nacimiento.

-. Kenny, solo a ti te agrada Craig y su grupo -. Habló, esta vez, el pelirrojo apodado como kyley B por varios en el salón.

-. Bueno, ya tenemos 12 años, estamos en sexto grado ¿Por cuánto tiempo seguiremos peleando contra ellos?

-. Tienes razón -. Stan, aquél que era conocido por salir con una feminista, los góticos, estar en una banda de rock y salvar a los delfines y ballenas, ahora había elevado el tono de voz llamando la atención de los tres -. Desde ahora solo me concentraré en canalizar la ira y romperle la cara estando fuera y lejos, muy lejos, de la escuela.

El rubio, ofendido, intentó reprocharle que debía pensar mejor en lo que hace, sin embargo fue ignorado por el robusto quien lo felicitaba por pensar en grande, el judío solo le restaba importancia al asunto, su amigo era el del problema, no él.

-. ¿Nadie va a escucharme? -. Fue hábilmente ignorado de nueva cuenta, frunció el ceño rodando los ojos y volteandose para prestarle atención a la clase.

Quizás no pueda tomar su mano, pero será quien golpee su cara.
Quizás ya era hora de acabar con este extraño sentimiento dentro de él acabando con el núcleo del problema:
Craig Tucker.

El niño que no dejaba tranquilo a su corazón.

"LA HISTORIA DE DOS TONTOS ENAMORADOS" [South Park] TERMINADAWhere stories live. Discover now