Capítulo 3

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En el momento en que Katsuki salió volando del cuarto, la fisura dentro del pecho se amplió y habría jurado que oyó el agrietamiento del hielo. ¿Iban unas palabras con el doctor a considerarse interferir? se preguntó reduciendo la velocidad.

Después, podía volver a su nube, olvidar a la mujer y seguir su camino, el que siempre había seguido, solo e indiferente. De la forma que a él le gustaba y la manera en la que probablemente la Deidad prefería.

Muy bien, se decidió.

Katsuki regresó a la habitación y se materializó ante el doctor. Un hombre que merecía morir por sus crímenes. Pero no sería él quien le castigara. Se consolaba sabiendo que el doctor cosecharía un día todo el mal que había sembrado. Siempre lo hacían.

Antes de que el hombre pudiera asustarse, le miró fijamente a los ojos y dijo fríamente:

—Tienes algo mejor que hacer.

El doctor se estremeció y atrapado por la verdad en el tono de Katsuki, contestó:

—Sí, tengo algo mejor que hacer.

¿Ves? Katsuki no estaba interfiriendo tanto como ayudando al doctor a descubrir... cualquier cosa que él considera mejor que perjudicar a uno de sus pacientes.

—Saldrás de esta sala y no volverás. No recordarás nada de esta noche.

Asintiendo con la cabeza, el hombre giró sobre sus talones y golpeó la puerta.

Katsuki se escudó dentro de una burbuja de aire ya que un sorprendido guardia entró en el cuarto y revisó a la muchacha.

—¿Todo hecho doctor Fitzherbert? Creí que dijo que le llevaría un rato.

—Sí, está hecho —fue la respuesta monótona—. Me iré ahora. Tengo algo mejor que hacer.

—Bien.

Una vez más se encontró solo con la muchacha. Salió del escudó.

—Creía que no ibas a salvarme —le susurró, todavía mirando hacia algún sitio fuera de la habitación. ¿Que veían aquellos ojos?

Ojos hermosos, si se preocupara por ese tipo de cosas, lo cual no hacía.

—Preguntaste si había venido a salvarte y no vine por eso. Lo hago por otros motivos.

—Oh —ella se aclaró la garganta y tragó saliva—. Bueno, gracias de todos modos. Por alejarlo de mí, quiero decir. 

A Katsuki le gustó oír gracias de sus labios. Tan rudo como su tono había sido, sospechó que no decía aquellas palabras con mucha frecuencia. ¿Quizás simplemente no había tenido razón para usarlas? ¿Y por qué le dolía el pecho otra vez?

•Wicked Nights -Angels of the Dark• [Kacchako]Where stories live. Discover now