O1. El primer gran partido, padres ruidosos y los cuervos abandonan el nido

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Aviso: algunos spoilers/ligeros cambios del timeskip.

Primavera.

La estación favorita de los enamorados y la de los más chicos y ancianos había llegado finalmente al país nipón y consigo un sinfín de actividades de cualquier índole; caminatas a orillas del río, barriletes elevándose por los aires, parejas besándose bajo los árboles de cerezos, helados bien cremosos... deportes.

Sí. Deportes.

Y no porque sean algo malo, por el contrario, estos ofrecen una gran oportunidad para evitar seguir hundiéndonos en nuestras vidas sedentarias o para poder sacar a relucir lo mejor de cada uno y descubrir en qué somos buenos. Sin embargo, el verdadero problema recae en que, al existir deportistas, se incluyen en el pack a los fanáticos desquiciados que, igualmente, vienen incluidos si uno es una mega estrella del rock, un actor de telenovelas de la tarde o hasta mismo una celebridad de las redes sociales. Pero los fanáticos de los deportistas, a veces, logran sobrepasar los límites de la relación de "famoso-fan" y no siempre se tratan de adolescentes chillonas que mojan sus bragas por la más mínima gota de sudor que le cae de la frente a un jugador de fútbol y que, como una jauría de chimpancés en celo, se pelean por enfrascar aquella ínfima cantidad de humedad corporal para, más tarde, atesorarlo con una devoción digna de una secta satánica.

No. Los peores fanáticos son los mismos familiares de los famosos y, como anteriormente mencioné, los de los deportistas son quienes se posicionan en el puesto número uno de peores catástrofes por las que ha atravesado la humanidad.

— ¡Ah, por favor! —exclamó con molestia un hombre de grisáceos cabellos y redondos ojos cafés. — ¡¿Qué acaso no nos pudieron dar mejores lugares?! ¡Soy el padre de las próximas estrellas de este bendito equipo del que también fui parte y en donde figuré como setter y vice-capitán! ¡Yo los llevé hasta los malditos cuartos de final de las nacionales del 2015!

—Guarda esas energías para alentar a nuestros hijos, Suga. —le respondió su acompañante, un hombre un poco más alto que él y de corto cabello castaño con unas muy ligeras canas apenas asomándose entre sus oscuras hebras, con una estoica sonrisa en la cara. —Así como ellos darán lo mejor de sí, nosotros tenemos que hacer lo mismo.

— ¡Pero que al menos nos hubieran dado una mejor ubicación! —Sugawara se cruzó de brazos mientras que el menor pasó su extremidad derecha sobre los tensos hombros de su esposo, acercándolo consigo. —Mis bebés deben saber que sus papás vinieron a apoyarlos. ¡Tienen que vernos, Daichi!

—Y lo harán. Créeme que lo harán.

Besó su coronilla en tanto avanzaban hacia las correspondientes tribunas de los aficionados del equipo de sus hijos. En cuanto llegaron, observaron entre la multitud varios rostros familiares que parecían estar igual o peor de ansiosos de lo que estaba Sugawara y de lo que reprimía su marido, Daichi. Compartieron una rápida mirada entre ambos y se sonrieron antes de retomar el camino donde se encontraban sus amigos y, a su vez, los padres de las próximas grandes estrellas de la nueva generación de Karasuno.

— ¡Suga-san! ¡Daichi-san! —bastante enérgico, les llamó el antiguo líbero agitando del mismo modo errático su mano. — ¡Hasta que llegan, se tardaron siglos!

Riéndose, se acercaron al grupo. Al lado de Nishinoya estaba Asahi, su esposo. Detrás de estos dos se situaban Tsukishima y Yamaguchi que sonrieron en silencio, aunque este último derrochaba alegría por los poros, e hicieron una informal reverencia con la cabeza. A su derecha estaba la icónica pareja que nadie en el mundo esperó que fueran a acabar juntos: Tanaka Kiyoko (de soltera Shimizu Kiyoko) y Tanaka Ryunosuke; este se hallaba al borde de un colapso mental por haberse comido prontamente su enorme hot-dog a la espera de su antiguo capitán y respectivo vice. Entre los dos adultos estaba sentada una pequeña niña de corto cabello azabache y delicados ojos azules que hacía caso omiso a los gritos de sus tíos y padre en tanto contemplaba con fascinación la gigantesca edificación que le rodeaba.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2021 ⏰

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haikyuu as parents! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora