Prólogo.

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Cuatro familias que despotricaban poder, éxito, dinero, soberbia y, sobre todo, control. Absoluto control. Ellos marcaban el antes y el después. Nada de cabos sueltos ni mechones imperfectos. Eran impecables. Implacables. Ellos no eran el jaque mate, eran el tablero entero. Sus escrupulosos movimientos eran tan delicados y mudos como una afilada hoja cortando tu indefensa existencia. Los rumores de las bocas más bravas y revolucionarias no escondían su odio capitalista, pero te aconsejo que susurres, porque si tu voz se alza más de lo debido comprobarás lo ilícito que pueden llegar a ser sus actos. Las familias A: Ayers, Ackerman, Archer y Aiken. Los Ayers se manifestaban vigorosos y altivos en el ámbito político, eran auténticos roedores de la palabra y la manipulación. Su oficio lucrativo y buena reputación mantenía su pulcra figura intacta. Los Ackerman y los Archer gozaban de hilos económicos. Un apellido osado, sin excepciones a nada, arriesgados sin perder jamás su posición. Decididos e inmaculados. No solo guardaban varias empresas con su apellido, si no que también la universidad privada y elitista de sus hijos. Junto con los Ayers, denotaban una obsesión irrefrenable por mantener todo pronunciamiento bajo su orden. Como expliqué al principio, si existe un cabo suelto lo cortan. Por último, los más populares entre adolescentes: los Aiken. Carisma, manejo sistemático pero eficaz en la integración social, se agradaban a sí mismos tanto como agradaban a todo el mundo. Imperfectamente perfectos. Los más queridos y adorados. Las caras adultas solían divisarse en programas de televisión mientras que sus hijos triunfaban en las redes sociales, concretamente en Instagram. Las familias tenían un pacto no escrito pero públicamente conocido. Ayers es política, Ackerman y Archer economía y Aiken social. El apoyo entre ellos era indispensable para no cederle a nadie más la cima del éxito. No existían los errores si otro apellido aparecía para ocultarlo. Y como toda familia clasista formada de una construcción social conservadora tenían herederos al poder: Ian Ayers, Dylan Ackerman, Stiles Archer y Ricky Aiken.

El secreto de los ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora