Capítulo 5

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Un dolor agudo se sintió cerca de la rodilla del príncipe, asustándolo, y haciendo que se levantara de un salto; Izuku cayendo de espaldas al agua en el proceso.

—¡Oye!— el Omega lo miró rabioso mientras se sobaba la parte baja de la espalda, el Alfa sí que tenía agallas para empujarlo de aquella manera; pero al ver el baile extraño del mayor, frunció el ceño— ¿Y ahora qué te pasa?

—¡Quítamela! ¡Quítamela!

Izuku observó la pierna que él elevaba en el aire, y lo comprendió todo.

—Es sólo una sanguijuela...

—¿Acaso estás sordo? ¡Quítamela rápido!

Con una disimulada sonrisa, Midoriya tomó sin miedo el pegajoso cuerpo púrpura, lo despegó de la piel ajena, y lo lanzó a unos cuantos metros de ellos.

No negará que se vio tentado a dejar a la pequeña sanguijuela terminar de disfrutar su festín, pero la mirada horrorizada del mayor le dijo que, si no la sacaba cuanto antes, el Alfa terminaría por desmayarse ahí mismo.

Suspiró

—A este paso nunca encontraremos algún venado, sólo sabes quejarte.

—¡¿Insinuas que es mi culpa que esa cosa se pegara a mi pierna?!— inquirió con molestia mientras se vestía con premura, no dispuesto a seguir en esas peligrosas aguas ni un minuto más.

Izuku hizo lo mismo, pero prefirió, para extrañeza de ambos, ocultarse tras unos arbustos. Ya listo, se acercó a uno de los árboles y trepó con agilidad hasta una de las ramas más altas, tomó uno de los frutos amarillos, retiró la cáscara hasta la mitad y dio un gran mordisco, todo bajo la absorta mirada del Alfa.

—Al menos haz el favor de responder— masculló Katsuki mientras tomaba la naranja del suelo ¿Por qué cambiaba de un tierno y sonrojado chico a uno con complejo de mono y actitud grosera?

Aceptaba que en parte era su culpa. Si no hubiera sido atacado por esa cosa de espantoso color púrpura, ambos seguirían en el lago, rodeados de agua, juntos...

Sacudió la cabeza ante aquél ridículo pensamiento, no era nada agradable para un tipo duro como él. Devoró entre gruñidos la jugosa pulpa y, recordando un dato importante de uno de sus guardias de confianza, dio un último mordisco a la par que se incorporaba del suelo.

Izuku frunció el ceño al ver la extraña escena que protagonizaba aquél inútil Alfa a varios metros bajo sus pies.

—¿Es acaso una nueva costumbre de los de afuera?— Katsuki no respondió, sus codos estaban fuera del ancho de los hombros, las piernas extendidas hacia atrás y la espalda recta, siendo sólo los antebrazos y los pies los que tocaban la tierra— ¿Imitar la postura de los lagartos?

—Cállate— habló entre dientes el Alfa al mismo tiempo que bajaba su cuerpo lentamente hacia el suelo, sólo cuando su pecho estuvo a centímetros de chocar la superficie, ascendió nuevamente— Cuando termine de hacer esto...seré capaz de correr igual o mejor que tú.

Extrañado por aquello, estuvo por preguntar a qué se refería con exactitud cuando un nuevo e inesperado temblor sacudió su cuerpo de pies a cabeza.

Creo que fue suficiente fruta por hoy

Pensó ingenuamente mientras bajaba de un sólo salto desde su posición a tierra y entregaba la mitad del plátano a su peludo hermano. Se sentó cerca del lago y trazó posibles caminos por varias horas, al ver que el cielo comenzaba a tener un color plomizo, preludio de lo que pronto pasaría, se incorporó y dijo alzando la voz:

CACERÍA BAJO LA LUNA [KatsuDeku]Where stories live. Discover now