༒22

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Sus manos temblaron tomando con fuerza el volante. Sus ojos chispearon cuando el letrero de bienvenido a Incheon se vio a la distancia.

Le faltaba tan poco para encontrarlo, aun sabiendo que las posibilidades de que Jimin estuviera en ese lugar eran escasas, algo dentro de él le decía que lo encontraría.
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Jimin se sentía perdido, todo por lo que había luchado ahora se venía abajo mientras Seungri se mantenía sentado junto a él con sus asquerosas manos apretando sus muslo con posesión.

Jin sonrió sin sospechar que detrás de esa escena falsa se ocultaba algo terrible, Jimin se sentía tan impotente de no poder gritar todo lo que sentía, y es que la pistola que hacía presión en su costado le recordaba lo que Seungri sería capaz de hacer si no hacía lo que decía.

—Los dejaré solos, tengo que salir por un asunto de la escuela pero siéntete como en tu casa. —Jin musitó encantado y feliz porque Jimin por fin pudiera estar con el padre de su hijo, aquel que veces nombraba con nostalgia.

El rubio enmendó terror en sus ojos, no quería quedarse solo con él.

—¡No! —Soltó. Pero se arrepintió en el momento en que Seungri apretó con más fuerza su pierna.

—¿No? —Jin lo miró interrogante.

—No... te preocupes... por nosotros —atinó a decir. Trató con todas sus fuerzas de no soltarse a llorar.

—Claro, regresaré pronto. —Le dio un beso a Jimin—. Mucho gusto Seungri. —Se despidió y salió de la casa.

La sonrisa malévola de Seungri no se hizo esperar. Había llegado el momento que tanto había esperado.

Jimin y él solos después de tanto tiempo que no dudo ni un segundo en lanzarse hacia él.

—Por favor...

Jimin suplicó tratando de alejar las asquerosas manos de su cuerpo.

—Vamos nene, sé que te gusta esto. —Empezó a besar su cuello y no pudo más cuando se soltó a llorar, miró al techo suplicando un milagro, no quería que lo lastimara, no quería que lo tocara, no quería pero Seungri haría lo que quisiera con él—. ¿Dónde está tu cuarto? No puedo esperar a tenerte de nuevo.

—No quiero, no quiero que me hagas esto... por favor. —Sus súplicas no fueron escuchadas por él, sin embargo, los fuertes golpes en la puerta interrumpieron sus movimientos.

—¿Quién mierda es? —dijo molesto alejándose a regañadientes de Jimin.

—Debería ir a ver, puede ser Jin que olvidó algo. —Se levantó a toda velocidad pero el castaño lo detuvo rápidamente.

—Cuidado con lo que haces o dices si no quieres que alguien muera. —Lo tomó del mentón como ya era costumbre y lo amenazó.

Jimin asintió cerrando sus ojos y limpiando sus lágrimas de camino a la puerta, la cual seguían tocando con insistencia.

Sus ojos se agrandaron con sorpresa cuando vio a Jungkook parado frente a él.

El moreno sonrió apenas se encontró con aquellos ojos azules llenos de incredulidad, pero de un momento a otro frunció el ceño cuando de repente aquella mirada se fue desvaneciendo dando paso a una expresión de terror.

—Te encontré. —Su sonrisa salió indecisa, aún por la expresión de Jimin, pero se atrevió a seguir—. Te he buscado por todas partes, necesito decirte algo.

El corazón del rubio estaba más que agitado por el torbellino de emociones que giraba en su interior.

Ver de nuevo a Jungkook lo puso mal, pero no de forma incorrecta, con ese simple encuentro, se dio cuenta que aun con los días alejado de él, y con todo el esfuerzo que había puesto para poder olvidarlo, no había podido.

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