White queen ♔//•Damon Salvatore-Klaus Mikaelson

.30.

Bajo ningún término Stefan dejaría que fuera sola a rescatar a Damon aunque Kol lo hubiera solicitado. ¿Por qué motivo? simplemente no sería carnada para el vampiro original en el día de hoy.

Al menos no sola.

Nos montamos en dos coches, en uno iba Stefan con Bonnie, Caroline y Elena y en el otro solo yo. Al llegar al sitio donde nos indicó Kol, Stefan aparcó algo lejos del lugar para no ser descubierto por el vampiro. Bonnie avanzó caminando para quedar relativamente cerca, dado que ella no contaba con la velocidad vampírica, y yo estacioné al lado de la casa abandonada.

Era una casa vieja y no muy grande situada en el medio del bosque, oportuno para cualquier asesino serial...oh esperen.

-veo que viniste, cariño-escuché su voz mientras que cerraba la puerta del auto.

-aquí estoy-me voltee a verlo y este tenía su camiseta manchada con algo de sangre, vaya a saber de quién.

-¿sola?-se acercó a mí.

Asentí lentamente sin dejar de mirarlo.

-sí, Kol, quiero que me des a Damon.

Elevó sus cejas y caminó lentamente hacia la puerta de entrada de la casa.

-oh, viniste a rescatar a tu novio.

Rodé los ojos y caminé decidida hacia la puerta.

Sentí que me tomaba del brazo acercándome a él.

-no tan rápido-sonrió y se colocó a mi lado.

Entramos y lo vi.

De pie atado con cadenas por los brazos, prácticamente desmayado y bañado en sangre. Seguramente habiendo sido torturado con cantidades generosas de verbena, y apuñalado con palos de madera. 

Ya saben, lo usual.

La impotencia que sentía era aún más grande que el desagrado que le tenía a Kol.

-¿¡por qué?!-grité exasperada.

Kol rodó los ojos y miró hacia atrás. Allí noté que estaba con la misma bruja del otro día.

-para llamar tu atención, cariño-se volvió a acercar a mí y tomó mi muñeca.

-¿qué haces?-intenté quitar mi brazo pero era más fuerte que yo, a pesar de ser humano.

-vamos a hacer un experimento...-acarició mi mano y me miró.

-no-se escuchó un susurró de Damon con la poca vida que le quedaba, estaba desahuciado.

-no sabemos si tenemos que matarte o si con un poco de sangre alcanza para acabar con su maldición-habló la bruja por primera vez.

Mis ojos se abrieron más de lo normal cuando vi lo que iba a hacer.

-¿qué dices?-miró nuevamente a su protectora-bueno primero voy a probarte.

-no-susurré al ver los colmillos de Kol prontos para morderme.

Cerré los ojos deseando que aparecieran los chicos de una vez, tenía miedo y estaba desprotegida y sola.

Mordió mi muñeca y podía sentir cómo bebía de ella, pero no podía hacer nada.

-me estás lastimando-unas lágrimas cayeron por mis mejillas, no tanto por el dolor si no por el final que iba a tener este día.

-¿sí?-dijo mirándome con mi sangre en su boca-y tú me estás arruinando mi vida- me dio una cachetada en mi rostro.