White queen ♔//•Damon Salvatore-Klaus Mikaelson

.9.

A la mañana siguiente Gianna despertó con un poco de resaca así que decidió darse una buena ducha antes de comenzar el día. Al bajar las escaleras se encontró con Caroline la cual le sonrió entregándole un café.

-gracias-Gia le sonrió.

-buenos días G.

-Care-le sonrió aún un poco adormilada y tomo asiento en la mesa de la cocina-gracias por la fiesta, estuvo genial.

-lo sé-sonrió triunfante-te vi pasándotela muy bien con Jeremy-elevó sus cejas expectante.

Gia abrió la boca para articular pero la cerró nuevamente pensando qué contestarle para no darle la razón.

-bailamos ¿qué tiene de malo?-preguntó distraídamente comiendo una tostada.

-absolutamente nada-respondió sin sacar su sonrisa.

Vibró el móvil de Gia y vió el nombre de Stefan, recordó que en la fiesta habían intercambiado números ya que iban a juntarse a hablar de lo que tenía preocupada a la morena.

Hey Gia, ¿cómo estás? ¿nos vemos en el grill en 15 minutos?

-S.

Le respondió que sí y bloqueó el móvil. Ahora, ¿cómo le decía a Caroline que iba a encontrarse con Stefan sin que pareciera sospechoso?

-Care voy a ir a dar una vuelta-anunció.

-hmm-la rubia se quedó pensando-¿quieres que vaya contigo? tus papás salieron.

-no, no te preocupes-se adelantó mientras se levantaba de la mesa-así puedo conocer más de la ciudad por mí cuenta-sonrió y la rubia asintió no muy convencida.

 En una ciudad llena de vampiros donde una posible víctima no estaba enterada a lo que podría enfrentarse era totalmente suicida.

Gianna subió a su habitación para arreglarse el cabello y colocarse algo de maquillaje para luego salir de la casa rumbo al Mystic Grill. Estaba nerviosa, más que ayer cuando bailó con Stefan. 

¿Tendria realmente una respuesta a sus inquietudes?

-hey-saludó Stefan en cuanto la vio entrar, ella le sonrió y se acercó a darle un beso en la mejilla.

-hola Stefan.

Tomaron asiento en uno de los sillones y enseguida se acercó una camarera. Ninguno de los dos quería ingerir nada pero dado que para estar allí debían consumir algo, Stefan ordenó dos limonadas y un pastel para Gia.

-no era necesario el pastel-ella rió y él se encogió de hombros sonriendo.

Llegó la orden y allí fue cuando Gia suspiró y lo miró a los ojos.

-escucha Gia...-Stefan jugaba con sus manos pensando bien las palabras para utilizar, mientras Gia tomaba su limonada y probaba el pastel-antes que nada tengo que contarte algo.

Gia no tenía idea a qué se refería pero por alguna extraña razón estaba muy nerviosa y ansiosa.

-¿qué...qué pasa?

-no hay una manera fácil de decir esto.

Ella asintió sin dejar de mirarlo.

-dime, puedo manejarlo-contestó aún sin saber a qué se enfrentaría.

Stefan se aclaró la garganta y asintió para sí mismo antes de decirlo.

-¿has escuchado de todos los ataques de animales que ha habido aquí?

-sí, un horror.

Stefan iba a hablar pero apareció su hermano.

-Gia, Stefan-sonrió sentándose al lado de su hermano-qué alegría verlos por aquí.