engaño

FINAL

Se mantenían en silencio, mirándose entre sí.
                     
Minho esperaba impaciente, y Jisung medía las palabras que estaba a punto de decir.
                   
No quería ocultarlo más, sentía que debía decírselo a Minho, que él supiera la verdad de quién le había donado el corazón.                   

— Y bien, ¿qué querías decirme, bebito?— preguntó, con su gran sonrisa, poniendo más nervioso a Jisung.
                     
Este suspiró, y cerró los ojos un momento. Pensó exactamente lo que diría, porque no era una simple mentira que había ocultado y ya, era una gran mentira con un gran significado de fondo.
                     
— Te he mentido, Minho.— dijo.— Lo siento de verdad, pero consideramos que era lo mejor, y ahora estoy dispuesto a contarte.
                    
Minho lo miraba con curiosidad, comenzando a preocuparse por la postura que había adquirido el menor mientras hablaba.
                     
Jisung solo se mostraba así de nervioso cuando de temas serios se trataba, no por cualquier cosa Jisung pedía hablar en tranquilidad, y comenzaba a jugar con sus manos o sus pies.                    

— No quiero que te enojes conmigo, lo hice pensando en lo mejor para ti, para no hacerte sentir mal.— explicó.— De verdad lo siento, Minho.
                     
— Sung, no estoy entendiendo nada de lo que dices, ¿podrías explicarte? Estoy comenzando a imaginar cosas raras.                   
Minho se estaba comenzando a imaginar cosas raras, y se comenzaba a sentir mal mientras veía a Jisung tener una pequeña discusión consigo mismo, como si de pronto toda su seguridad flaqueara, y comenzara a caer despacio.                  

Jisung tuvo un corto debate en su mente, pero terminó por asentir, y comenzar a explicar mejor la situación a Minho, y sobre todo, explicarle quién fue el donante que le salvó la vida.
                   
— ¿Recuerdas que te dije que el donante era anónimo?— preguntó, y Minho asintió.— Te mentí, porque conozco a la perfección a quién te donó el corazón.
                     
El mayor lo miraba atento, sin querer perderse algún detalle.
                     
— Tu donante... fue Chan.— Minho abrió los ojos por la sorpresa.— Chan se enteró de tu situación y vino a donar su corazón para que pudieras vivir. Él sacrificó su vida por ti, Minho.
                     
Minho estaba muy sorprendido.
                     
— ¿Chan?— preguntó, y se levantó del sofá, para volver a sentarse de inmediato, bastante impactado por la noticia que le había dado.
                     
No se lo creía, era la persona menos esperada que su mente pensaba.
                     
— No... no.— negó mientras comenzaba a temblar y sentir lágrimas llegar a sus ojos.— No es posible.
                     
— Él lo hizo, Honnie. Al principio me costó creerlo, pero fue así.
                     
El mayor se quedó en silencio, pensando en todo lo que Jisung acababa de decirle.
                     
Nunca había esperado algo así.
                     
Nunca había esperado que Chan hiciera algo así por él, después de todas las peleas que habían tenido, después de todo el odio que le había demostrado.
                     
— Quiero ir a verlo. Llévame al cementerio.
                     
— ¿Estás seguro?— preguntó, con algo de duda.— ¿De verdad quieres ir?
                     
— Yo... lo necesito, necesito ir.— respondió, mirando directamente a Jisung.— Por favor.                  
Jisung suspiró, y terminó asintiendo.
                     
Llevaría a Minho, aunque le partiera el alma verlo llorar.                   
                                                         
Sentía esa emoción, tan viva en su pecho.