𝐪𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞

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Lo que somos.

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No había una palabra que pudiera emitir hacia él, tan solo su presencia parecía abrumarme, o aliviarme, pero no era capaz de descifrarlo. Sus ojos y los míos no se despegaban, su mirada estaba apagada, e ida. Sus ojos me reflejaban la tristeza que lo estaba consumiendo ante los sacrificios que sobrellevaban estos acontecimientos, él estaba cansado, al igual que yo. Nuestros ojos parecían conectar no tan solo en una mirada, si no, traspasar las emociones que nos estaban carcomiendo. A ese nivel tan alto él y yo nos conocíamos, al punto de que podíamos destaparnos las pieles y ver en nuestro interior, como nuestras almas sufrían por cada etapa que debíamos atravesar. No dije nada, y tan solo vi como arrastraron a Aster hacia mi. Su mirada y la mía no se cruzaron, solo sé que estaba a mi lado, y sentí como Eren con un leve toque, me empujó. Un gran silencio se armó cuando nos adentramos a esa habitación, la tensión se hizo sumamente grande y modesta. Las miradas yacían, y las preguntas también. Mi horizonte estaba expandido, y podía ver todo lo que se transmitía en esta pequeña habitación. Eren había alzado su mano ensangrentada, lo cual dio la amenaza de que no se debía hacer ningún movimiento brusco, o en cualquier momento se convertiría en titán. Pude ver como nos sentimos acorralados, como Armin deseó encaminar hacia la chica pelirroja que yacía arrodillada en el suelo, toda golpeada.

No comprendía el porque estaba aquí, y más de esa manera. Mis ojos y los suyos se miraron, Aster escondía muchos secretos, al igual que yo, y quizás por eso la conexión amistosa que teníamos, era bastante grata entre ambas. Su cabello pelirrojo estaba despeinado, y su respiración estaba agitada, pero intentaba de mantener la calma ante eso. No hice preguntas respecto a su semblante, se veía molesta, y como también tenía el deseo de estar cerca de Armin, ella era fuerte, pero se tenía claro que ese chico se había vuelto una debilidad. Aún parada, podía ver lo tensa que estaba Mikasa y como las palabras no podían salir de su boca, mucho menos de la niña, quien estaba aterrada y su cuerpo temblaba. Tome asiento, justo como Eren indicó de una manera neutral. No supe cómo caminé y me senté frente a él, entre medio de Armin y Mikasa, mi cuerpo estaba helado ante su presencia, y desconocía la razón, sólo se que así me sentía. Se veía intimidante, y era la primera vez que lograba crear ese semblante hacia nosotros. Su expresión abatida lo hacía ver mucho más con poder, y que lamentablemente no podíamos arremeter en contra de él, ya era claramente tarde. Aún había silencio, y la mesa se llenaba de su sangre, pero Eren tan solo tenía su mirada puesta en nosotros. El silencio continuaba, hasta que nos sobresaltamos por leves toques en la puerta cerrada.

-Nos vamos adelantar.-aquella voz reconocida nos creo más dudas, pero respondió algunas, como por saber quién era uno de los que estaba detrás de la nueva orden; los Jeageristas.

-¿Esa era la voz de Floch?-Armin fue el primero en reaccionar y dirigirse a Eren, había roto el hielo, después de tanto; los cuatro no nos reuníamos hace mucho.-¿Has venido con Floch?-Armin se dirigió a él nuevamente en aquella pregunta, de manera nerviosa, pero con un toque de seriedad; podía ver cómo de momentos, miraba a Aster, socorría por ella de manera mental, lo conocía, y estaba preocupado.

-Si... -respondió Eren, serio e indiferente.-Quería hablar con ustedes, en calma.-indicó vagamente, cómo si su energía ya no estuviese en él.-Podemos resolver los problemas de Eldia sin ningún conflicto.-nos decía, con una voz sumamente pasiva, como si nada sucediera, cuando era así.-Hange y los demás estarán bien, solo los estamos llevando lejos de aquí.-explicó, mientras que yo le miraba aturdida, y más su mano ensangrentada, a la que aquella niña miraba aterrada.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐔𝐒 ── 𝐒𝐍𝐊Where stories live. Discover now