CAPÍTULO 7

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Gun se sentía ridículo. Su cuerpo había sido bañado y frotado con aceites perfumados, hasta que brilló, lo pulieron o lo que sea que hicieron para que su piel brillara a la luz de la lámpara de la habitación en la que actualmente estaban.

Y el traje con el que lo habían vestido hacía las cosas aun peor, si eso se podría considerar estar vestido.

Llevaba el “algo” blanco más corto que había visto nunca. Sólo sabía que lo dejaba totalmente. Era como una versión pervertida de ropa interior.

Gun no estaba seguro de si la tira de material que estaba entre las nalgas de su trasero podría considerarse como una cadena.

Los laterales chaleco de seda blanco que llevaba, no se unían hasta llegar por debajo de su ombligo.

Apenas calificaba como cobertura, tal como era. Gun podía ver sus propios pezones color café, a través del fino material.

Agregando todo esto a las otras cosas que Amado insistió en hacer a su cuerpo, Gun se sentía francamente usado, abusado y contaminado. Sentía cómo un centenar de manos habían tocado su cuerpo mientras lo bañaban, masajeaban con aceites calientes por toda su piel, y luego comenzaron las cosas realmente vergonzosas.

Había sido estimulado y masajeado hasta que sus bolas le dolieron. Luego, su agujero fue extendido para dar cabida al Amir, porque al parecer, según dijo Amado, a él no le gustaba tomarse el tiempo para preparar a sus consortes.

Era para la protección de Gun y el confort durante el apareamiento.

Gun trató de decirle a Amado y a cualquiera que quisiera escucharlo que él nunca iba a tener relaciones sexuales con el Amir.

Todos ellos se limitaron a asentir como si entendieran, pero entonces seguían con su preparación.

Esto lo irritaba.

Por lo tanto, allí estaba, bañado, aceitado y vestido como un prostituto que esperaba su siguiente cliente. Sólo podía esperar que Fluke consiguiera comunicarse con Off antes de que el Amir llegase, ya que Gun había dicho la verdad cuando afirmó que no tenía intención de tener relaciones sexuales con el hombre, gobernante o no.

La esperanza de Gun murió cuando las enormes puertas de la cámara de la habitación se abrieron y entró el Amir, y Gun apenas pudo reprimir su gruñido.

Él no trató de ocultar el estremecimiento que corría por su cuerpo cuando el Amir lo miró de arriba hacia abajo.

—Oh, sí, tú serás un consorte perfecto— dijo el Amir. Juntó las manos y apoyó sus dedos en los labios—. Incluso podría mantenerte más de una noche.

—Eso no va a suceder.

Los ojos del Amir rodaron tan dramáticamente que su cabeza entera se movió. —Oh, por favor. No estás todavía en ese camino, ¿verdad? Tú estás aquí. Yo estoy aquí. ¿Por qué no divertirse un poco?

—Yo no te quiero.

El Amir hizo un gesto con la mano con desdeño hacia Gun y se acercó a un decantador de cristal pequeño en un aparador. —Como si eso alguna vez hubiera detenido a alguien antes. Eres de la superficie, Gun. Ya sabes cómo funcionan estas cosas. Yo froto tu espalda, tú frotas la mía.

La frente de Gun se arrugó en confusión. El Amir que había conocido antes no se comportó como el que estaba delante de él ahora. Éste ni siquiera hablaba igual que el anterior, pero sabía que eran la misma persona.

—No estoy frotando nada en tu espalda, y deseguro que tú no vas a frotar nada de la mía.

El Amir se rió y sirvió dos copas. Él puso la tapa en la botella y se giró hacia Gun, ofreciéndole uno de los vasos.

𝕯𝖊𝖒𝖔𝖓 𝖔𝖋 𝖋𝖎𝖗𝖊//𝑶𝒇𝒇𝒈𝒖𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora