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Este es el capítulo más fuerte, hasta ahora, se recomienda discreción.

La mansión estaba extrañamente calmada, ambos despertaron sin complicaciones, Aristóteles en su lugar y Cuahutémoc en el suyo, el ojimiel no lo abrazaba a menos que tuviera ganas, sino dormía dándole la espalda, mientras el Córcega sentía sus brazos picar, aguantando las enormes ganas de acurrucarse en su pecho, pero no lo hacía porque tenía la certeza de que a su novio le desagradaria, así que simplemente esperaba pacientemente, a que su chico le permitiera sentir su calor, a que le permitiera sentirse amado, algo que pocas veces sucedía.

El López podía ser indiferente durante mucho tiempo.

Enseguida los dos se alistaron rápidamente, bajaron a tomar el desayuno, nadie dijo ninguna palabra, a excepción de Susana y los pequeños, el ojimarron se sorprendió al no ver a Francisco mirándolo con odió, al contrario, lo miraba con una sonrisa burlona, el no entendía el porqué, sin embargo, lo descubriría, cuando terminaron de comer, subieron al segundo piso para tomar sus cosas y lavarse los dientes, sin mayores complicaciones, subieron al auto, esta vez no conduciría el chófer, sino el Alfa, había practicado y ya podía hacerlo, realmente no le había costado mucho aprender, antes de irse, el rizado noto como un ojiazul los miraba, pensando un poco más, recordó que era el chico del jardín, lo que no entendía, era por que estaba vigilandolos, no aguanto la duda y le pregunto al más alto.

- Alfa, puedo hablar? -Temo asintió, sin quitar los ojos del camino- porque el Omega del jardín, me miraba tanto? -preguntó curioso-

- esta analizando su competencia -el aroma del aperlado se tornó amargo- Francisco no considera que seas el Omega adecuado para mi, así que busco a alguie -el Castañeda se sintió ofendido y triste por la declaración de su prometido-

- y William si cumple con sus expectativas? -preguntó con miedo, mientras se acurrucaba más a la puerta, estaba indefenso-

- si, las cumple a la perfección, así que te recomiendo que no hagas nada estupido, si quieres seguir a mi lado, sigue tan obediente como siempre y todo estará bien -dijo como si nada, ya habían llegado por lo que se bajaron rápidamente, como de costumbre Ari se aferraba a su brazo, se sentía algo incómodo, había comenzado a utilizar ligeros, los cuales estaban unidos a sus bragas, su madre le compró ropa interior, adecuada para su hombre, el tenía que estar perfecto para Cuahutémoc, siempre para el-

Entraron a su salón y tomaron asiento, mientras los demás conversaban, ellos estaban perfectamente sentados y sin emitir ningún sonido, simplemente viendo al frente, porque eso demostraba su perfecta educación, demostraba que eran perfectos, cuando la maestra llegó prestaron atención, Ari tenía unas dudas que su novio le resolvía, la maestra volteó de donde venía el ruido, Cuahutémoc encendió sus ojos y la mayor enseguida regresó su vista al pizarrón, terminando de explicar el tema cabizabja, no podía regañar a Aristóteles, si lo hacía, se metería en problemas, así que como cualquier otro en su lugar, simplemente lo ignoró.

El más pálido continuó escuchando con atención a su Omega, explicándole lo que no entendía en voz baja, después continuaron escuchando la clase, nada nuevo ocurrió en las demás, el día pasó rápido, ahora estaban en el comedor, el castaño comía lo que su pequeño le había preparado, el Omega intentó levantarse lentamente, pero enseguida, un brazo lo apretó más hacia atrás, Temo gruño, no le gustaba que se levantara de sus piernas, sin su permiso, enseguida espero una explicación.

- l-lo lamento, necesito ir al baño -el contrario lo soltó, antes de que Ari se fuera, su novio tomó su mano-

- ve rápido -dijo con una voz severa, soltandolo bruscamente, cuando tuvo una asentimiento, fue lo más rápido que pudo al baño, entonces se encontró con alguien, su antigua maestra de sexualidad, no quería meterse en problemas, pero tenía una duda-

̶M̶a̶l̶a̶ ̶E̶d̶u̶c̶a̶c̶i̶ó̶n̶⚡[RESUBIDA]Where stories live. Discover now