18. Un momento a solas (2)

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Okey, tengo un problema. Esta cosa se suponía que tenía que salir antes, mucho antes, pero mi inspiración voló por la ventana al igual que mis ganas de vivir ahsjaja

Le pegué una revisión rápida y nada más, ni me voy a tomar la molestia de pasarlo por el Word para corregir los fallos ortográficos como siempre hago porque estoy hasta la vrga de este one-shot del demonio. Hace días que lo quiero terminar pero ni modo, está maldito. Aparte de que quiero escribir otras cosas, y pensar que debo acabar este primero no me permite continuar.

Lo seguiré en una tercera parte más al rato. Por el momento, perdonen la demora y la irresponsabilidad mía.

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[...]

Todo transcurrió según lo planeado. Por lo que, para amenizar la espera que suponía la anhelada llegada de Yaoyorozu, Shoto se dispuso a concluir algunas de las mini tareas que Fuyumi había apuntado en una nota adhesiva sobre la nevera antes de partir.

En lo que rociaba las panteras ubicadas en la entrada frontal con un atomizador previamente adaptado, se preguntó si en verdad había sido tan sencillo convencer a los padres de Yaoyorozu para que accedieran a su propuesta montada a último momento. No los conocía a profundidad ni pretendía hacerlo, no obstante, podía intuir que eran la clase de personas que no secundaban planes precipitados sin haberlos contemplado con antelación. Y más cuando su hija se veía inmiscuida en ellos. Por lo que no estuvo fuera de lugar extrañarse ante la nula negativa por parte de ambos considerando el tardado y espontáneo surgimiento de su idea.

Posiblemente se trataba de nada más y nada menos que una simple excepción impulsada por la confianza que le profesaban. Puesto que en el primer instante de conocerlos se había esforzado por mantener una buena imagen frente a ellos, y en realidad no había tenido la necesidad estúpida de mentir ni fingir en lo más mínimo. Se presentó tal cual era y logró obtener una concepción positiva por parte de los Yaoyorozu. Era un hecho más que inapelable que la confianza estaba posada de su lado. Y quizás no fuera erróneo atribuirle todo a esa mera causa.

Continuó con la lista de tareas una vez finalizó de humectar las plantas, poniendo una carga de ropa sucia en el lavarropas siguiendo a rajatabla las estrictas pautas que Fuyumi se había tomado la molesta de trascribir en una nota aparte adjunto al dichoso aparato. Shoto había contemplado la posibilidad de que Natuso, al igual que él, fuera desastroso reparando en las cantidades y que por ello mismo Fuyumi hubiera tomado la sabia elección de apuntarlo. Y, de hecho, no era tan descabellado si recordaba por qué Natsuo jamás se asomaba ni de casualidad a la sala que estaba destinada al lavado de la ropa en casa.

─¿Qué hago? ─se preguntó con el paquete de jabón en polvo entre manos, indeciso ante cómo actuar: acatar las precisas órdenes de Fuyumi o obedecer a la cantidad recomendada impresa en las instrucciones del mismo lavarropas.

Shoto examinó nuevamente los apuntes de su hermana con los ojos entornados, como si estrechar los párpados le ayudase a consolidar una mejor y más eficiente comprensión (o solo contribuyera a vérsele pensativo), y tomó una decisión apresurada.

─Hm, Fuyumi sabrá la que hace. ─Y espolvoreó el jabón en polvo dentro, sin reparar demasiado en dónde lo hacía. De todas formas, si algo acababa por salir mal, se suponía que Natsuo había quedado al cuidado de la casa y no él. Por lo que estaba libre de cualquier tipo de culpas.

Abandonó el baño y se dispuso a deambular por la casa en búsqueda del cuarto de huéspedes. Una vez que se topó con el inicio de las escaleras (cabe mencionar que el baño estaba situado en la planta baja), arribó al primer piso (donde se ubicaban las habitaciones) y se dirigió a la última puerta del pasillo recordando que ese era el sitio que Fuyumi solía cederle a los invitados.

TodoMomo One-ShotsWhere stories live. Discover now