Ambos se deslizaron hacia el sillón quedando sentados, ambos con las piernas abiertas y soltando un gran y sonoro suspiro de alivio.
Jin abre más sus piernas en su tiempo de relajación mientras se recarga de lleno en el respaldo del sillón y su izquierda es recargada en el reposabrazos deteniendo su cabeza.
– Es-estoy tan agotado... – Dice Jin finalmente luego de unos segundos de silencio.
Namjoon se acomoda recargando sus codos en las rodillas dejando sus manos colgar mientras su mirada se encuentra en el piso.
– Mi habitación casi se transforma en algo salido de un manga película antigua...
– Por qué todo termino así...
«Nuestro plan original era quedarnos quietos el mayor tiempo posible, sin ningún matrimonio o apartamento compartido...», piensa Jin alzando su rostro mientras miraba a la nada.
«¡TODO ES CULPA DE KIM HOSEOK!», pensó Jin con enojo y frustración.
Hoseok había tomado vacaciones pagadas desde la última vez que lo visito en su casa y tuvo que llamar a Namjoon para controlar a su hermano -que realmente no había servido de nada- y desde entonces aquel pelinegro había sido una piedra en el zapato. El pelinegro había dicho que los visitaría bastante desde que había dado a parar a su casa; y realmente Hoseok había estado visitándolo desde de la última vez, como dijo que lo haría.
Así que para «protegerse» había estado llamando el castaño a Namjoon para que fuera de igual manera y poder decirle nuevamente cosas como «Yo quiero a Namjoon», «nos amamos», «pronto nos casaremos», inclusive estuvieron a punto de besarse de puro coraje. Namjoon estaba cansado de tener que salir del trabajo para poder alejar a su hermano de su prometida y Seokjin estaba agotado de ser acosado y que por mil veces que lo rechazase éste hiciera como si nada y siguiera insistiendo.
Ambos habían llegado al momento de registrarse y cuando finalmente lo hicieron, Hoseok detuvo sus acosos y visitas a la casa de Seokjin. Pero si él y el pelinegro se mantenían separados aun cuando estaban casados, levantarían sospechas, razón por la cual estaban ahí en ese sillón, en ese apartamento que ahora compartirían él y el moreno.
Finalmente, vivirán juntos.
La voz de un Namjoon depresivo inundo los oídos de Jin, sacándolo de sus pensamientos.
– Nunca imagine que terminaría teniendo a un hombre como esposa...
– ¡PUES PERDONAME POR SER UN HOMBRE! – Exclama Jin molesto. Su mirada se posa por los alrededores del apartamento viendo lo limpio equipado que se encontraba – El apartamento está bastante limpio, ¿era de tu madre o algo por el estilo? – Pregunta Seokjin, a pesar de que la mamá de Namjoon había estado buscando un departamento termino por confesar que pertenecía a sus propiedades y por esa razón, pensó que sería perfecto.
– En realidad, era mío – Dijo Namjoon sorprendiendo a Seokjin – Pero cuando conseguí mi propio dinero decidí comprar otro, aunque mi madre no me dejo tranquilo por bastante tiempo, así que esta como lo deje.
– Esta demasiado limpio...
– Una ama de llaves viene cada diez días – Dice Namjoon a lo que Jin asiente.
Ambos dieron un recorrido por toda la casa, y en el cuarto de lavado Jin se detuvo a observar; lavadora y secadora. Él no tenía que usarlas debido a que su madre contaba con amas de llaves y con personal para hacerlo; aunque a Seokjin siempre le había gustado hacer las tareas del hogar y por esa razón, siempre ayudaba a las personas que trabajan en casa.
Al ver que Seokjin observaba el cuarto Namjoon decidió hablar.
– Yo lavo mi ropa – Dijo.
– Namjoon... tienes una lavadora automática, todo lo que tienes que hacer es arrojar tu ropa y presionar algunos botones, ¿no es así? – Dice con ironía – Y al parecer simplemente la arrojas a la lavadora después.
– Bueno, si – Dice rascando su nuca – Después de todo solo la usare en casa. No hay razón para preocuparse por las arrugas, y esforzarse para liberarse de ellas es demasiado complicado – Una sonrisa vergonzosa sale de sus labios – Además la última vez que intente deshacerme de esas arrugas queme mi camisa y casi causo un incendio...
Seokjin lo miro sorprendido, ¿Namjoon era tan torpe?
– Eres demasiado perezoso... y torpe – Dice Jin.
– Así es como viven los solteros – Dice Namjoon intentando justificarse y luego mira a Jin con un puchero – Y no soy torpe... – Jin le mira con una ceja alzada – Bueno, quizás un poco... – El castaño le mira incrédulo y el pelinegro termina por ceder – Está bien, bastante.
– Bueno, con que comas tus comidas correctamente será suficiente – Dice el castaño con una sonrisa – ¡OH! – Exclama Jin sorprendiendo al moreno y le pide que continúe – Ahora que recuerdo Jul dijo que no había nada en el refrigerador. ¿Vamos a comprar comestibles?
Namjoon le mira confundido.
– Mhm... ¿Jul? – Pregunta.
– Él es nuestro chef personal. Me ayudo a traer varios utensilios en la mudanza.
– Ya veo – Dice Namjoon prestándole atención. Un hoyuelo es marcado en su rostro, motivo de su sonrisa – Bueno, vayamos a dar un paseo y a hacer algunas compras.
– Si – Sonríe – También quiero acostumbrarme al vecindario.
Ambos se alistaron; Seokjin fue por su bolso y Namjoon por su cartera. Mientras entre algunas sonrisas se encaminaban a recorrer las calles del gran y hermoso Seúl.
Todo había sido lastimosamente forzado por las madres de ambos, sin pedir opinión ni permiso.
Pero ¿por qué no habría de disfrutarlo si ya todo estaba hecho?
ESTÁS LEYENDO
• No te asustes • | Namjin
Fanfiction«La historia entre un escritor totalmente atractivo y un precioso... ¿joven?» Park Seokjin es un joven de 17 años que es obligado a casarse con Namjoon, un escritor totalmente atractivo de 24 años. ¿Quién diría que Seokjin escondía un secreto?