Lyon es un chico que se sintió traicionado por la vida. Uno que escapó del dolor, sin verse lo suficientemente valiente para afrontarlo.
Aryanna lleva años odiando los colores. Observando y envidiando a los demás por tener algo que carece. Su vida...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
«La confianza si no es recíproca no merece la pena»
Capítulo 27: Olvidado
El cielo oscuro que empieza a tornarse naranja, me indica que es mejor volver a casa. Es de madrugada y hace unos minutos que acabo de despertar. Tengo arena seca pegada al cuerpo por lo que me la sacudo con la mano y cuando me aseguro de no tener mucha, recojo la chaqueta del suelo.
Aryanna está dormida sobre la arena con mi camiseta puesta y con el pelo recogido en una coleta mal hecha. Tiene su pantalón como almohada y se le nota bastante incómoda, mas parece profundamente dormida.
Me coloco mis pantalones rápido y me calzo procurando que no queden piedras. Cuando estoy vestido, me agacho hasta Aryanna y cojo la parte superior de su cuerpo, alzando para así coger su ropa, con cuidado de que no se caiga el móvil. Me cuelgo la ropa en el antebrazo y luego cojo a Aryanna en mis brazos. Ella se mueve y se acomoda mejor.
Empiezo a andar por el paseo marítimo, que me llevará hasta el apartamento en media hora. Me cruzo con algunas personas que han salido a ejercitar y nos miran de vez en cuando. Hasta una mujer se acercó pensando que algo le había pasado a Aryanna y me ofreció ayuda. Le agradecí y le expliqué que solo estaba ebria.
Suspiro cuando veo el edificio y me apresuro a llegar hasta él. Tenía los brazos adormecidos y temía que Aryanna se cayera de mis brazos. Me adentro en el ascensor con la ayuda del recepcionista, que me llama el ascensor. Llego a casa y miro la hora. Por suerte Nani estará despierta.
Como dije, en el momento que piqué, Nani ya estaba abriéndome la puerta. La saludo por encima y me dirijo a la habitación de Aryanna. La dejo en la cama y me giro hacia Nani, quien observa a su nieta solo cubierta con mi camiseta. Me mira con interrogación y me apresuro a explicar.
—Se empinó una botella entera de vodka negro y se fue a la playa. Vomitó en la chaqueta, el top y el pantalón se mojaron cuando ella se metió en el agua. Tenía frío al salir y le ofrecí mi camiseta.
Omito lo que sucedió en el agua, ya que no estaba seguro de cómo reaccionaría. Ella mira a la chica dormir pacíficamente en su cama y suspira.
—¿Todo está bien? —Pregunta después de un largo minuto— ¿Ella está bien?
—Sí, solo tendrá resaca por todo el alcohol —aviso haciéndole aliviar y asomar una sonrisa.
—¿Se lo ha pasado bien?
—Diría que sí. Ha hecho cosas que divierten a cualquier persona y por la noche tenía esa cara de satisfacción. Esa que tienes cuando sabes que el día ha sido de buen provecho.
Nani esboza una sonrisa pequeña y me mira por largos segundos hasta que suspira pesadamente y voltea a ver a su nieta. Le acaricia el pelo y se agacha para depositar un beso en la frente.