Para sorpresa de Palacios, esa mañana, Zulema pidió entrar en el programa RES y ser trasladada con sus compañeras a Cruz del Sur. El nuevo director de la prisión le permitió rellenar la solicitud, pero le dejó saber que no dependía de él que fuera aceptada o no dentro del programa, sino del director de la otra cárcel, quien a fin de cuentas era el creador del proyecto. Aun así, le dijo que era probable que todas las que solicitaran dicho permiso lo obtuvieran, pues según el hombre regordete de lentes, el propósito de todo esto era rehabilitar a las presas. Y quién mejor para ser rehabilitada, que Zulema Zahir, quien tantos delitos había cometido a lo largo de su vida.La verdad es que a Zulema le importaba una mierda el bendito programa y la reconstrucción social y emocional, si había decidido solicitar el traslado a Cruz del Sur era para estar cerca de su gitana... y claro, de la rubia, aunque le jodiera aceptarlo. No quería quedarse sola en esa cárcel que le recordaba a su hija todos los putos días. Si había aguantado hasta ahora estar allí era porque al menos tenía algo de compañía. Pero si todas se iban, ella no iba a soportar los amargos recuerdos que le traía esa prisión.
...
Zulema entró a la cafetería y buscó con la mirada a Saray, hasta encontrarla en una mesa al fondo del comedor, donde también estaban Rizos, Tere y Macarena. Suspiró antes de acercarse, ya que sabía que no era santo de devoción de todas en esa mesa, aunque tampoco es que le importara tanto la opinión que tenían las demás sobre ella, por lo menos no de todas. Pero había cierta rubia en particular de la que le interesaba todo, en especial su opinión cuando supiera que era probable que fuera con ellas a Cruz del Sur.—Buenos días a la parejita enamorada, a la yonqui y a la rubia pija. —saludó con su típico sarcasmo e ironía. —Vaya cuarteto. —dejó caer la bandeja con el desayuno sobre la mesa, y las demás, a excepción de Saray, suspiraron sabiendo que cuando Zulema llegaba, generalmente la paz se acababa.
—Oye, tía, que yo ya no me meto, eh. Bueno, lo estoy intentando. —se defendió Tere ante las acusaciones de la reina mora de la cárcel.
—Tú siempre tan amable, Zulema. —comentó Maca negando con la cabeza en desaprobación.
—Es mi especialidad. Se me da bien el trato con la gente. —bromeó mientras tomaba una manzana verde y procedía a llevársela a la boca para darle un mordisco grande.
—Tía, que si vienes a joder, mejor te piras por ahí. —intervino Rizos; sabía que Saray y ella eran muy amigas, pero la verdad es que Zahir nunca fue persona de su devoción, no era la de mucha gente.
—¿Tú también tienes algo que decirme, gitana? —miró a su amiga que era la única que faltaba por protestar ante su llegada.
—No, comadre.
—Bien, porque vengo en son de paz. —sacudió una servilleta blanca delante de sus compañeras. —Traigo la banderita de la amistad y todo. Y ahora más que nunca necesitamos llevarnos bien, queridas compañeras.
—¿Qué dices? —cuestionó Kabila con el ceño fruncido.
—He venido a informarles que me voy con ustedes a Cruz del Sur. Bueno, si me aceptan en el programa ese de mierda. —aclaró. —Pero por qué no habrían de aceptarme, si yo soy un amor de persona. —sonrió sarcástica antes de volver a morder su manzana.
—¡Eso, comadre! —gritó Saray emocionada. —Que te vienes con nosotras, joder, que puta emoción. Ahora sí que nos vamos todas a casa. —celebró la gitana; a su lado Rizos suspiró, la idea de verle la cara a Zulema todos los días no le traía nada de alegría, pero le daba igual, Tere solo asumió la información en silencio, y a su lado, Macarena usó todas sus fuerzas para disimular que le daba gusto la noticia, pero aunque trató por todos los medios de reprimir una sonrisa, la comisura de sus labios se curveó sutilmente y el gesto no pasó desapercibido para la mora.

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Vis a Vis: Volver a Empezar
FanficUn nuevo traslado. El mismo uniforme. Antiguos recuerdos. Nuevas alianzas. Sentimientos inesperados. La oportunidad de comenzar de cero. Historia Zurena (Prision Wives Edition) Los personajes no me pertenecen. Historia original de Fox y Audible, La...