CAPÍTULO 18: Dignitas.

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- Camino... Camino, despierta le susurró al oído buscando sacarla del sueño profundo.

          Ambas pasaron la noche durmiendo abrazadas en el sillón, aunque la espalda de Maite le pasó factura de ello esa mañana a la pintora no le importaba, porque había pasado una de las mejores noches desde hace mucho tiempo.

          Sentada a un lado del sillón, acariciaba suavemente la espalda de la joven que empezaba a despertar y tenía una hermosa sonrisa, como si hubiese soñado bonito toda la noche.

- Buenos días dijo aún media somnolienta pudiendo abrir sólo un ojo, la claridad de la gris mañana encandilaba el café de sus ojos.

- ¿Estás bien? Le preguntó Maite, quería asegurarse de que la joven no sentía ningún sentimiento de culpa o incomodidad por lo que había ocurrido entre ellas anoche.

          Maite imaginaba, por los nervios y cierta torpeza que Camino tuvo anoche con ella, que era la primera vez que estaba, en cierta forma, con una mujer y lo que menos le interesaba era que fuese una experiencia penosa e incómoda para ella.

          Camino se sonrió porque entendía hacia donde iba con su pregunta; se inclinó sobre su brazo izquierdo, acarició el rostro de la morena que al sentir la suave mano sobre su rostro a modo de reflejo cerró los ojos y la castaña simplemente le respondió con un delicado beso en los labios.

          Después de ese primer beso mañanero, la andaluza se le quedó mirando como deseando que Maite estuviese en sus ojos para siempre, dándole la respuesta que la morocha estaba buscando.

- Ya está listo el desayuno afirmó.

          Un aroma a café recién hecho y a tostadas a la francesa terminaron de despabilar a Camino, que sintió por un momento que estaba cerca de una cafetería francesa; jamás ha estado en Francia pero el aroma del café y el pan tostado la hicieron (por un momento) viajar imaginariamente.

          Un aroma a café recién hecho y a tostadas a la francesa terminaron de despabilar a Camino, que sintió por un momento que estaba cerca de una cafetería francesa; jamás ha estado en Francia pero el aroma del café y el pan tostado la hicier...

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- ¡Guau! ¿Todo esto es para mí? Preguntó asombrada por el esmerado desayuno que Maite había preparado para ambas.

- Ya habrás oído lo que dicen: el desayuno es la comida más importante del día remarcó mientras le servía una humeante taza de café.

          Para Maite el peor momento del día era la mañana, al despertar siempre tenía un humor de los mil demonios, pero estando Camino ahí fue totalmente diferente esa mañana, ni la propia pintora reconocía el buen humor que tenía, incluso no le molestaba que la castaña le diese conversación; para Camino el mejor momento era la mañana y esta mañana es hasta ahora la más especial de todas.

- Me sorprende que llegaras a la tierna edad de... ¿Cuántos? Decía con ironía y sonriéndose.

- 25 completó la frase.

Yo antes de ellaWhere stories live. Discover now