Moonlight {Geralt de Rivia}

9 |Laguna|

No recordaba la última vez que se sintió tan bien dentro del agua caliente.

Normalmente solo entraba en lugares húmedos cuando algún monstruo atacaba, además rara vez estaba tibia. Pero en ese entonces todo era perfecto, desde la temperatura hasta las tenues burbujas que llegaban a la superficie, acariciando su piel en un suave masaje.

¿Cómo llegó hasta ese termal? Era una excelente pregunta, pero en ese instante la respuesta no importaba.

—Geralt. —Esa voz lo sacó de su estado de paz y quietud brutalmente, logrando que su corazón martillara contra su pecho salvajemente hasta el punto de que el cuerpo se alteró. —¿Estás cómodo?

La laguna del termal era enorme, pero cabía en una cueva oscura con estalactitas que en las puntas tenían piedras relucientes, las cuales eran la única fuente de luz en la cueva, sin embargo, era suficiente para poder ver todo y encontrar a la belleza de pie del otro lado de la laguna.

Love estaba de pie ahí, usando un vestido rojo de tela tan delicada que parecía que con la más mínima brisa o movimiento flotaría como si de una nube se tratara. Tenía el cabello recogido en la cima de la cabeza con un moño despreocupado y como único accesorio tenía el brazalete que nunca se quitaba.

Lucía preciosa en su sencillez.

—Si. —Asintió igual de despreocupado que el peinado de Love, después levantó la pierna derecha, dejando ver su rodilla fuera del agua. —¿Y tú?

—Lo estaré. —Y metió un pie en el agua, justo donde no era demasiado profunda y solo cubría hasta su tobillo. Era un lugar hermoso, sin embargo, el agua no era cristalina, no se podía ver el fondo de la laguna, solo la cima.

Metió el otro pie y comenzó a dar pasos lentos y seductores hacia él, luciendo como una pantera lista para atacar a su presa; Geralt era la presa, ella la depredadora y se sentía muy bien con esa idea.

Cuando el agua llegó a cubrirle la cintura el vestido se levantó a su alrededor, simulando un circulo perfecto que ocultaba la parte inferior de su cuerpo, aunque de no hacerlo tampoco podría ver mucho debido al agua turbia.

¿Love entró en agua que no era pura? Eso era algo de verdad nuevo y poco creíble.

—¿Cuándo estarás cómoda? —Preguntó el cuándo ella se acomodó sobre su regazo, rodeándole el cuello con los brazos.

Hermosa como siempre, con su suave aroma delicioso impregnado en la piel, Geralt se sintió deleitado por su presencia.

—Cuando me beses. —Geralt vio la boca de Love, preciosa, con su tono rosa natural, labios generosos y entreabiertos esperando por él.

Se acercó para besarla, pero entonces abrió los ojos y se dio cuenta de que no había un termal cálido, no lo rodeaban estalactitas y Love no estaba sentada en su regazo pidiendo besos.