Capricho

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Después de dos días sin dormir y aguantar clases, llegó el esperado viernes, y con ello, la fiesta de cenicienta con su príncipe. Me arreglé el pelo ondulándomelo y me pinté lo justo y necesario. Me vestí con aquel magnifico traje de hada madrina. Sin darme cuenta, estaba arreglada una hora antes de que me recogiese James. No sabía que hacer, nada más daba vueltas por el salón.

- Hermana, me estás mareando.

- Calla David - le dije con un cabreo encima que no sabía ni por qué lo tenía. Serían los nervios.

Tras media hora esperando, llegaron mis padres del bar. Mierda, no quería que me viesen vestida así. Mi madre en cuanto me vio empezó a gritar y a buscar la cámara. Mi padre directamente no le salían las palabras; estaba de piedra. Tras 200 fotos con toda la familia y un book entero a mi sola, llamaron a la puerta. Aleluya, mi príncipe estaba aquí. Me ahuequé el pelo y me dirigí a la puerta. Abrió la puerta mi padre mientras yo me encontraba atrás suya. Allí estaba, con una sonrisa de oreja a oreja y con un traje de chaqueta espléndido.

- Buenas noches. Me presento. Mi nombre es James Galiani, y esta noche seré el agraciado acompañante de su hija. Un placer conocerles. - me quedé embobada como una tonta.

- Hija, es un Galiani, buen trabajo - me dijo mi madre al oído. Solo le pudo responder con una cara de "mamá, cállate".

- Espero que cuides de nuestra hija, creo yo que la dejamos en buenas manos. - dijo mi padre.

- Tranquilo, vendrá sana y salva. - dijo dándole un saludo en la mano a mi padre - bueno Gina, ¿nos vamos?

- Claro - dije con una sonrisita tonta. Qué patética parecía.

- Estás guapísima. - se giró para dirigirse a mis padres - buenas noches.

- Adiós. Pasarlo bien - dijo mi madre haciéndonos una ultima foto.

Me llevó hasta su coche con nuestros brazos entrelazados. Si era un sueño no quería despertar.

- ¿hoy no llevas chofer?- dije mientras me abrochaba el cinturón.

- Esta noche es demasiado privada para que nos molesten, ¿no crees?

El trayecto se me hizo demasiado corto. En un abrir de ojos ya estábamos en una mansión más grande que cualquier edificio que hubiese visto. Era impresionante. Todo estaba decorado con flores blancas y detalles dorados. Salimos del coche y un aparcacoches se ocupó del impresionante deportivo negro de James. Elegantemente, me agarró del brazo y empezamos a subir escaleras hasta la puerta principal. Se veía que allí él era conocido por ser el amigo de Damon, ni siquiera nos pidieron la entrada. Y por cierto...espero que a fiesta acudiese mucha gente, porque prefería no ver a Damon. Nuestra discusión acabó en desastre y no he vuelto a verlo desde entonces. Sería un milagro que no me echase de su fiesta.

Más de una mirada de celos vino a parar a mí. Allí se encontraba todo el instituto, y apostaba a que no tendrían ni la menor idea de que aquella chica con aquel vestido y aquel acompañante fuese yo.

Nos encontramos con varios amigos de James a quienes me presentó. Sus acompañantes eran preciosas. Aquella fiesta era otra categoría.

En serio, ¿sabéis el salón donde la Bella y la Bestia bailan su canción? Pues aquello era exactamente igual. De fondo se podía escuchar música clásica.

Nos encontramos con Hugo y Thomas.

- Hola chicos, os presento a mi acompañante Gina. - dijo James a sus Diamantes, aunque obviamente ya me conocían; como para no hacerlo con todo el lío entre la tarjeta roja y las capulladas de Damon. Ambos se miraron sorprendidos y a la vez preocupados, aunque lo intentaron ocultar.
- Gina, madre mía, estás en otra categoría aquí. Estás impresionante. - dijo Thomas con cara golosa. - luego me tienes que ceder un baile.

- Claro - dije un tanto tímida. Aunque fuese un chica extrovertida, todavía se me hacía difícil estar en un ambiente con multimillonarios, y más hablando con tres de los cuatro chicos más famosos y queridos por todas.

- ¿Os habéis cruzado con Damon? - preguntó Hugo.

- No, ¿dónde está? Me gustaría saludarlo.- respondió James

- Mejor que ahora mismo no lo hagas, esta un tanto de mal humor.

Intenté buscarlo con la mirada, y como no lo encontraba, así que me disculpé con los diamantes y me fui en su busca. Ya sé que pensé que era mejor que no me viese, pero no quería que se lo pasase mal en su propia fiesta por una discusión como aquella.

Tras casi un cuarto de hora buscándolo entre personas, lo encontré en el balcón fumándose un cigarro mientras miraba al horizonte y medio suspiraba. Me acerqué a su lado mientras me apoyaba también en la barandilla.

- quién diría que este chaval es Damon. - le dije sin que todavía no me hubiese mirado. Seguía mirando hacia delante.

- No tengo ganas de hablar con chicas inútiles, vete por donde has venido. - le pegué un golpecito en la cabeza. - pero que... Gina - parece que se sorpendía de verme así vestida intentando ir camuflada. - estás guapa, ¿cuántas cirugías y millones has tenido que pedir de préstamo para arreglarte la cara? - sabía que estaba impresionado de como iba, su cara se sonrojó un poco.

- Calla ricachón - dije con un medio cara de asco, aunque instantáneamente pasó a ser seria- Oye, siento haberte pegado una bofetada

- No pasa nada, me lo merecía. - dijo mientras le daba otra calada a su cigarro.

- ¿Esos son unas disculpas? - dije con una media sonrisa mientras le di un empujoncito con el hombro.

- Sí, lo son. - me dijo muy seriamente.

- Bueno entonces, todo solucionado, vuelve a tu increíble fiesta, eres el anfitrión.

- Iré más tarde.

- ¿Qué te pasa?

- Has venido con él.

- Venga ya, Damon, no seas niño chico. Él me lo pidió y tú solo te quedaste esperando. Tus caprichos no siempre los puedes tener.

- Pero es que tu no eres un capricho.- dijo después de acercarse demasiado a mí.

Sus ojos se fundieron con los míos. Era como si me intentase decir... No, no, eso es imposible.

- ¡Damon! ¡Al fin te encuentro! Venga, tenemos que saludar a los invitados.- desde la puerta se acercaba Aria. Gracias, me salvastes de un momento incómodo. -
Bueno yo me voy, pasad una buena noche.

- Y tú eres... - dijo Aria dudosa. Sabía que existía tensión en el ambiente.

- Gina, un placer. - le dije saludándola con un apretón de manos, luego me fui lo más rápido posible.

- ¡Espera Gin...! - sabía que Aria lo había retenido. Mejor volver con James.

Espero que os haya gustado este fantástico capítulo. La noche es joven ... ¿Qué pasará?
Espero vuestro comentario/like ! Un beso enorme a todos. Esta noche otro capítulo más. (Si veis alguna falta de ortografía por favor por privado) :)

Diamantes antes que chicosWhere stories live. Discover now