Parte 11 - Guardaré mis sentimientos...

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Habían estado bailando por tanto rato, que ya no recordaban cuánto tiempo había pasado. Ahora reían y bromeaban al ritmo de la música y toda la tensión que había antes por el incidente con Sergio, había desaparecido. Parecía que había sido hacía años que Any intentaba distraer a Poncho para que se olvidara de ese episodio que casi les echa a perder la noche. Poncho era muy buen bailarín y, por supuesto, Any no se quedaba atrás. Habían bailado casi todos los ritmos musicales que habían sonado, pero ahora las luces cambiaron y la música movida cambió. Empezó a sonar "Déjame" de Erik Rubín, era una canción que ambos conocían muy bien porque era parte de muchas de las escenas de Mía y Miguel.

Por un momento, Any no supo qué hacer. Volteó a ver a los lados, pero estaban en medio de todas las personas, por lo que salir no era posible. Alrededor todas las parejas habían empezado a bailar al ritmo de la canción. Poncho la miró como diciendo "Ni modo"  y abrió sus brazos como invitándola a bailar, ella no reaccionó al principio, pero después pensó que no bailar con Poncho la ponía más evidencia que bailar. Además, por más que quisiera salir de ahí, parecía un tanto complicado. Así que sonrió y puso sus manos sobre el cuello de él, al ver que había aceptado, él puso sus manos en la cintura de ella y comenzaron a bailar despacio, al ritmo de la música.

Déjame intentarlo otra vez
Sé que he tropezado y es justo, ya lo sé
Mírame a los ojos, aquí estoy
Tengo mucho miedo de perderte
Y no hay razón

La canción sonaba y sin darse cuenta, se estaban mirando a los ojos fijamente, ninguno de los dos desviaba la mirada. Any sonreía nerviosa, pero no podía negar que se sentía feliz, como en un sueño. Estaba perdida en sus ojos, esos ojos color miel que tanto la hacían sentir, se sentía perdida en su mirada. Nunca había pensado que podía bailar así con él, así tan cerca uno del otro, sin preocuparse por nada ni nadie más. Ella solo pensaba en lo mucho que deseaba que el tiempo se detuviera ahí mismo, que ese momento no se acabara nunca. 

Porque sin ti ya no respiro
En las noches tengo frío
Necesito la otra parte de mi ser
Lo mejor de mi pasado
Mi presente y mi futuro
Mi razón para sobrevivir
Para vivir

Sin darse cuenta, se habían acercado más y más cada vez. Any no sabía si era la música, las luces, ellos, pero había magia y se sentían atraídos el uno por otro sin haberse dado ni siquiera cuenta. En un momento estuvieron tan cerca que sus narices casi chocaban.

 En un momento estuvieron tan cerca que sus narices casi chocaban

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En ese momento la música se detuvo, la canción había terminado. Esto hizo que Any se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer y asustada se alejó de Poncho. Él la miró preocupado, sin entender bien qué pasaba y Any sintió como las lágrimas estaban a punto de estallar en sus ojos. Se alejó corriendo, necesitaba alejarse de ahí. Mientras salía del lugar, las lágrimas bajaban por sus ojos, no las podía contenter. Era algo que le pasaba muy seguido y ella lo odiaba, la hacía ver vulnerable. Cuando se sentía demasiado enojada o frustrada, siempre lloraba, era algo que no podía controlar. Estaba tan enojada con ella misma. «Eres una estúpida Anahí, ¿cómo te dejaste llevar así?», pensaba sintiendo que el mundo se le venía encima. Tanto esfuerzo, tanto tiempo luchando con sus sentimientos para perderlo todo en un segundo. No podía creer que estuvo a punto de darle un beso. Las lágrimas incontrolables seguían bajando por sus mejillas y ella solo quería correr y desparecer del mundo. 

—¡Any! — Poncho venía corriendo detrás de ella y por más que ella quiso correr, él la terminó alcanzando — ¡Any! — dijo de nuevo y la tomó para darle la vuelta y que quedaran frente a frente. Ella miraba hacia abajo mientras las lágrimas salían de sus ojos sin poder deterlas. «¡Deja de llorar ya!» pensó mientras Poncho le tomaba la cara y la levantaba para poder verla a los ojos. Cuando vio las lágrimas que bajaban por los ojos de ella, su cara se llenó de tristeza y preocupación — ¿Qué te pasa? ¿Any, qué pasa? 

Ella no pudo decir nada y más lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas. Se odiaba a sí misma por ser tan débil, tan vulnerable, tan tonta... Él la tomó entre sus brazos y la abrazó fuerte y esto solo hizo que Any se sientiera más destrozada y comenzó a sollozar de manera casi incontrolable. 

—No llores bebé — le dijo él abránzadola más fuerte, como queriendo hacerla sentir segura — No llores por favor, eso sí que no lo puedo soportar. 

Después un rato, Any por fin pudo controlar sus sentimientos y dejar de llorar. Estaba pensando qué hacer o decir. Respiró profundo y se alejó de él. Poncho la seguía viendo preocupado, parecía desconcertado sin entender bien qué era lo que pasaba.

—¿Estás bien? — preguntó mientras la miraba a los ojos y ella pudo ver en esos ojos color miel una preocupación genuina, la miraba con tanta ternura, como si quisiera protegerla para que ella no se quebrara. Any no podía estar más ahí, no podía seguir estando cerca de él, necesitaba irse.

—Poncho, yo... Necesito irme de aquí.

—Claro, lo que digas. Solo déjame ir a pagar la cuenta y te llevo a donde tu quieras — dijo él mientras se disponía a regresar adentro. 

—No — dijo ella y él se detuvo extrañado — Voy a pedir un taxi para que me lleve a mi casa. 

—¡Por supuesto que no! — respondió Poncho un poco ofendido — No te lo voy a permitir Any, yo te llevo a tu casa. 

—No te estoy pidiendo permiso — y al decir esto, Any vio como a Poncho le dolían sus palabras. Él no entendía qué pasaba y ella sabía que él no quería que se fuera sola. Ella no quería lastimarlo, pero en ese momento no tenía fuerzas para estar cerca de él por más tiempo. Levantó la mano y un taxi que iba pasando se detuvo. Ella abrió la puerta para subirse y sintió la mano de Poncho que la detuvo. 

—Any...

—Necesito estar sola Poncho. Adiós — al decir esto se subió al taxi y cerró la puerta. Sintió como se alejaba y no pudo voltear a ver hacía atrás, pero sabía que su corazón se había quedado atrás, junto a él. Las lágrimas volvieron a bajar incontrolables por sus mejillas. 

Amarte duele (AyA)Where stories live. Discover now