La soledad es mi única amiga, lz que siempre me visita todos los días, puntual, acompañada de lagrimas infernales que constantemente me recuerdan la ausencia de algo tan maravillosamente simple y a la vez tan terriblemente complejo como el amor o la amistad. La ausencia de un maldito hombro en el que poder llorar o una bonita sonrisa que dibuje la mía. Pero ahora no existen, no en mi eterno mundo gris, esas pequeñas cosas que parecen estupideces y que en realidad resultan tan necesarias como el respirar. Porque eso es lo que son las sonrisas, los besos y las palabras bonitas, son soplos de aire fresco. Y yo hace tiempo que ya no respiro, sólo el humo gris y nocivo de mi inseparable amiga la soledad