꧁Prólogo꧂

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Era una noche oscura, creo que la más oscura que había tenido que ver desde que llegué al palacio. Estaba acostada en la cama, todo estaba apagado... No se sentía ni una sola alma, más sin embargo yo tenía escalofríos, la pequeña brisa que entraba en la ventana estremecía mi piel . Sentía un vacío en mi estómago, una ansiedad constante. Escuchaba los pensamientos de todos los que estaban en el castillo y fuera de él, no podía detectar las voces porque eran muchas y solo pocas palabras se entendían bien. Mi corazón latía y repercutía en mis oídos ¡ BUM ! ¡ BUM ! ¡ BUM ! Todo el tiempo en mis oídos, las voces en mi cabeza el escalofrío en mi piel... Decidí tratar de cerrar los ojos y dormir . Cerré mis ojos mientras soltaba un suspiró y una luz morada iluminó mi mente . Los abrí asustada y rápidamente levanté mi cuerpo de la cama, nunca me había pasado esto. Giré y centré mi vista en la mesita de noche al lado de mi cama justo donde estaba un reloj . Era las 9:56p.m , me había dormido durante diecinueve horas y solo recordaba la luz . Me levanté rápidamente y con unas vueltas de mis manos ya estaba vestida y haceada . Corrí hasta fuera de mi dormitorio y estaba la sala de estar de mi grado . La atravesé para llegar a un pasillo interminable y de pronto... El suelo comenzó a moverse, ví como la paredes se quedaban quietas y yo me movía junto al suelo.
— ¡Profesora! — exclamé exaltada luego de ni saber cómo llegué a la oficina de la directora.
Ella era una mujer imponente, con cabello canoso recogido en una coleta y un vestido majestuoso de color azul oscuro. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras ella me miraba con penetrantes ojos.
— ¡Oh, Cheryl, qué alegría verte! — abre los labios para hablar pero analiza — Si tuvieras algo escondido ¿ Me lo cobrarías verdad ?
— Sí, profesora — sin saber el por qué me sentí culpable
— ¿ Tienes algo que decirme ? — preguntó intimidante
— No, profesora
— ¿ Entonces, a qué viniste ?
— No lo sé, profesora — fui sincera, no sabía por qué estaba ahí
— Bien... — sonrió — puedes irte, Cheryl
Giré sobre mi eje y comencé a caminar en vista a la puerta .
— Profesora — Giré sin dudarlo
— ¿ Si, Cheryl ? — sonó calmada
— ¿ Si usted supiera algo, me lo diría ?
Desesperada por encontrar respuestas, le pregunté si me diría la verdad si supiera algo importante. Ella afirmó que sí y me instó a hablar. Sin embargo, no tenía nada que decirle, solo sentía una extraña culpa sin motivo aparente.
— Claro, mi querida
— Bueno... — volví a girar para seguir mi camino pero habló
— Cuidado con los sueños , Cheryl . Puede ser algo más que deseos de la conciencia
— ¿ A qué se refiere ? — quedé atónita y un poco confundida
— ¿ Yo ? — respiró y miró a un lado — ¿ A qué te refieres tú ? — fijó su vista en mis ojos decisiva
— No lo sé , la mayoría de los profesores me dirían cuidado...
— Con la noche... sí, con eso debes de tener cuidado — completó mi frase, pero de otra manera .
— Me refería a las pociones
— Las pociones no hacen nada, mi querida... sin embargo un hechizo malintencionado de alguien no es suficientemente malo que nunca lo ha lanzado no debe de mezclarse con...
Antes de irme, le pregunté sobre los sueños, ya que muchos profesores me habían advertido sobre su peligro. La directora me advirtió con cautela que tuviera cuidado con la noche y con mezclar pociones, insinuando que los sueños podrían ser algo más que simples deseos de la conciencia.
• • •
Desperté de golpe, mi cuerpo empapado en sudor. Respiré profundamente, aliviada al darme cuenta de que todo había sido solo un sueño. Sin embargo, las palabras de la directora resonaron en mi mente, recordándome que tal vez había algo más oculto en mis sueños de lo que jamás hubiera imaginado.
La mitad de mi cuerpo se levantó de mi cama apoyándose en los antebrazos mientras daba una gran bocanada de aire. El corazón aún me latía con fuerza mientras me recuperaba del impacto de aquel sueño perturbador. Me senté en la cama, tratando de calmar mi respiración agitada. La habitación estaba envuelta en una oscuridad opresiva, y el silencio reinante solo aumentaba mi inquietud. Mis pensamientos se dirigieron a la directora del colegio, a su mirada penetrante y sus palabras enigmáticas. ¿Qué quiso decir con eso de tener cuidado con los sueños? ¿Y por qué mencionó las pociones y los hechizos? Su advertencia resonaba en mi mente como un eco persistente.
— Solo fue un sueño... — respiré profundo aliviada y asustada — un sueño — repetí atónita y dándome cuenta que solo era un sueño y no había mucho de lo que pensar .

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