6. Siento como si fuera famoso, la gente habla de mí.

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Kou estaba perdiendo a sus amigos, pero hoy había ganado uno. Yashiro Nene.

A veces en su locura Kou invadía el baño de las mujeres, su justificación era que "quedaban más cerca" e iba a ver a Mitsuba. El pelirosa parecía no poder hablar, pero con el tiempo habían aprendido a comunicarse entre señas y Kou pensaba que mientras pudiera verlo le bastaba.

La primera vez que Yashiro vio a Kou, estaba riendo sentado en el lavabo, en el primero del baño, ella se asustó y casi le grita "pervertido" . Por suerte en ese momento apareció Satou y se lo llevó de regreso al salón, así la chica pudo usar el baño en tranquilidad. La segunda vez que se encontraron ella se animó a hablarle.

—¿Por qué vienes aquí? —había susurrado.

Kou, como la anterior vez que la mayor lo vio estaba sentado sobre el lavabo viendo al espejo fijamente. Pero cuando escuchó que alguien le hablaba se asustó y casi cae, pero Yashiro sostuvo su espalda.

—Vengo a ver a alguien —dijo mirando hacía abajo.

Desde entonces comenzaron a hablar mucho más que simples frases e incluso acordaban para encontrarse en los lavabos durante clases. Hablaban bastante sobre sus inquietudes, de esa manera Nene supo que hablaba con alguien tras el espejo y aunque realmente no lo entendía, no dijo nada contra ello. Y lo único que Minamoto entendió de la chica era que todas sus citas resultaban fallidas y no veía el momento para encontrar al amor de su vida, el chico tampoco entendió su desesperación por estar en una relación con alguien pero no comentó nada.

Yashiro conoció a los amigos de Kou ya que en reiteradas veces iban por él a los baños, se disculpaban con ella y le agradecían que cuidara del ojiazul. La mayor pensaba que tenía amigos que estarían con él incluso en los peores momentos y sintió algo de envidia.

Y en un abrir y cerrar de ojos habían pasado tres semanas, Teru comenzaba a perder la paciencia, su hermano no le dirigía palabra alguna y esa tarde mientras Tiara estaba en casa de una amiga finalmente explotó.

—No voy a seguirte el juego como todos lo hacen —dijo desde atrás de Kou, quien veía televisión sentado en el sillón—. Sabes que Mitsuba ya no está.

El menor apagó la televisión y se paró para dirigirse a su cuarto, pero entonces Teru gritó: —¡Mitsuba murió, déjalo ir!

Cuando escuchó un sollozo de su hermano el mayor quiso disculparse, mas el otro también gritó: —¡Cállate, no es verdad! ¡Estás mintiendo!—sollozó más fuerte— ¡Te odio!

Kou corrió hacia arriba y después de las pisadas fuertes y un portazo, nada más se oyó dentro de la casa.

El menor se acurrucó dentro de sus colchas, tenía los ojos perdidos, las lágrimas no paraban de rodar por su rostro y susurraba constantemente: —Está mintiendo, no le creas, es un mentiroso, él le hizo algo...

Esa noche la luna le confesó algo.

Era medio día, Mitsuba había salido de casa para comprar algo. Era cumpleaños de su madre, nada podía salir mal; se decía a sí mismo, pero cuando volteó en una esquina se encontró con un grupo de personas con capuchas negras y luego de que lo golpearan el pelirosa no recordaba nada, había despertado en un lugar oscuro, se dio cuenta de que no podía hablar y si trataba de tocar algo lo atravesaba, era como una especie de fantasma atrapado dentro -de lo que descubrió- un espejo.

Por las noches se acostaba en el suelo y hablaba con lo único que le era visible, la luna. Quizá era suerte suya, pero dentro donde estaba no había un techo y tampoco podía sentir cosas como sueño, frío, calor o hambre. Conversando con ella pudo saber lo que le había sucedido; su alma y cuerpo habían sido separados por un grupo de exorcistas que practicaban este tipo de técnicas. Al conocer esto, Sousuke le pidió a la luna que se lo contara a Kou, para que pudiera ayudarlo; tenían una pista, Minamoto Teru del clan de exorcistas Minamoto había participado en ello. Fingir su muerte era una forma de liberarse de todo ello.

—¿Por qué...? —Kou se había vuelto loco— ¡¿Qué te hizo él para que le hicieras eso!?

Apenas había despertado y comenzó a gritar, era tarde, tenía que ir al colegio a encontrar a Mitsuba. Llegó a la cocina y vio que Teru había cocinado; empacó su desayuno ante la mirada atenta de Teru y Tiara, y se fue sin dirigirles palabra alguna.

—Teru-nii, ¿por qué Kou-nii lleva un paraguas? Estamos en verano, no creo que vaya a llover...

•••

—¡Minamoto Kou del clan de exorcistas Minamoto! —dijo saltando desde un muro, mientras alzaba un paraguas en la mano como si fuera una espada— ¡Acabaré contigo, maldito espectro!

Había una chica allí, en la azotea, sentada sobre una manta perfectamente estirada en el suelo, había comida a su alrededor. Cuando escuchó a alguien gritando cerca suyo se espantó y corrió a refugiarse en un rincón.

El primer pensamiento de ella fue: "No me habrá oído, ¿verdad?". Luego escuchó al otro diciendo: —¿Senpai?

—¿Minamoto-kun? —respondió Yashiro.

Kou se recuperó de su sorpresa y después dijo: —Hace un momento vi un espectro junto a ti, incluso hablabas con él... ¿No te hizo daño? —la observó para ver su tenía alguna herida.

—¿Espectro? —preguntó asustada— Yo no hablaba con nadie, yo...

Entonces el menor entendió, ella tenía algo con ese espectro, así que después de despedirse decidió no volver a interferir entre ellos dos, pero estaría pendiente por si algo le pasara a su senpai.

—Ahora sigamos con nuestra cita, Hanako-kun —dijo la menor hacia quizá, su novio imaginario.

Hoy Kou compartía tiempo con sus dos amigos en el receso. Yokoo y Satou estaban demasiado nerviosos, tenían miedo de hacer algo malo e incomodar al ojiazul, podría irse y ninguno de los dos quería eso. Pero desde un inicio sintieron que habían hecho algo, porque Kou no les dirigía palabra alguna y parecía estar en su propio mundo mientras camina junto a ellos por los pasillos del colegio.

Esa vez Kou no había ido con Sousuke en todo el día, se sentía culpable por lo que su hermano había hecho, ¿con qué cara iría? Además, ni siquiera sabía cómo solucionar esta situación, "si tan solo fuera tan fuerte como mi hermano", pensaba.

Y únicamente porque estaba demasiado concentrado en sus pensamientos no se dio cuenta de lo intranquilos que estaban sus amigos ni escuchó todos lo murmullos de los estudiantes a su alrededor, tampoco vio la forma en que las dos personas a su lado lo defendían de toda esa muchedumbre.

"Creo que se ha vuelto loco." "Incluso va al baño de chicas y habla solo." "Lo vi saltando de un lado para otro con un paraguas en las manos." "Llegará el día en que sus amigos se cansen de él y lo dejarán solo." "Es una lástima, él es tan lindo."

Chicos, sigan sin mí —Kou giró para ver sus rostros—. Tengo algo que hacer.

Minamoto corrió hasta su salón y sacó de su mochila la cámara que hace un par de días había comprado. Decidió romper la promesa que se hizo a sí mismo de no ir con Mitsuba hasta encontrar una solución para aquel lío y salió a buscarlo en los baños. Cuando se encontraron Kou actuó como si nada hubiera ocurrido y le pidió al pelirosa que hiciera muecas a la cámara, ese día el ojiazul consiguió tomar diez fotos antes de que Yokoo lo llevará de vuelta al salón porque habían comenzado las clases.

Talking to the moon; MitsukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora