Lisa se sentía nerviosa, era su primera vez viajando en avión, iría solo con Jennie, y amarillo iba al frente guiándola como de costumbre.
— ¿Por qué le pusiste amarillo? —preguntó Jennie tratando de romper el ambiente, llevaba los papeles de amarillo en un brazo y Lisa iba prendida a su otro costado con amarillo al frente—
— Porque el amarillo significa felicidad —dijo— y cuando me regalaste a amarillo, eso fue lo que sentí —
— ¿Te sientes nerviosa por el vuelo? —preguntó de nuevo, ahora Jennie se movía y Lisa la seguía todavía enganchada a su brazo—
— Si, nunca he viajado en avión, y buscar mi pasaporte fue difícil —dijo, escucho a Jennie hablar con la azafata sobre el perro de apoyo para ciegos y subieron sin mayor problema— siento que voy a vomitar —
— Relájate, será más rápido de lo que crees —Murmuró Jennie y amarillo se sentó entre sus piernas cuando tomaron asiento—
(...) — La señorita Lisa es apta para realizar la cirugía —la voz del doctor llamó la atención de Lisa, aunque ella no entendía que decía, el hecho de que hablara japonés llamaba su atención— la cirugía será con láser y constara en extirpar los vasos sanguíneos anormales en la retina de la señorita, solo queda programarla —
— Programaremos con su secretaria entonces, hasta ese día —respondió Jennie, otra sorpresa que se había llevado Lisa es que Jennie hablaba Japonés—
(...) El día de la cita, Lisa estaba sudando, nerviosa, y con ganas de vomitar.
— Todo saldrá bien, estoy segura de eso —Jennie alentó—
Cuando Lisa paso a la sala con ayuda de la enfermera, se sentía aún más perdida, la colocaron en la camilla después de ayudarla a ponerse la ropa rara del hospital y cuando menos lo pensó, su cirugía ya había comenzado.
El tiempo transcurrió con lentitud, mientras el doctor le daba una introducción a Jennie en japonés y retiraba la venda de sus ojos con lentitud Lisa ya percibía una diferencia.
Antes no veía nada, pero mientras tenía los ojos cerrados algo pasaba a través de sus párpados.
— Puedes abrir los ojos Lisa —Jennie dijo, sintiéndose cegada por toda la luz alrededor, Lisa los volvió a cerrar—
— Es muy luminoso —se quejo tratando de abrir los ojos de nuevo— ¿Quién es esa? ¿Qué es esto que está aquí? —tocó la cosa rara que tenía frente a su cara—
— Es un espejo y esa de ahí eres tu —sonrió Jennie, girando la cabeza Lisa se sorprendió viéndola—
— Eres muy bonita —fue lo primero que dijo— ¿Qué es el color de mis ojos? —preguntó Lisa inocentemente mientras regresaba la mirada al espejo—
— Ese Lisa, es el color verde —
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