𝐒𝐀𝐂 | ❝¡Diablos, Lunático, ¿te estás cogiendo a una estudiante?!❞
Donde Evolet Ray Jones cae profundamente enamorada por su recién llegado profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
O
Donde Remus John Lupin se enfrenta con sentimientos complic...
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Martes 08 de marzo, 1994.
Ahora parecía no existir lugar sobre la faz de la tierra donde Remus John Lupin pudiera evadir de manera exitosa la presencia de su estudiante modelo. No importaba cuanta falta le hiciera tener un momento a solas, la Hufflepuff estaba ahí, fuera inconsciente o absolutamente a propósito.
Desde luego, no significaba de ningún modo que odiara su cercanía. De ser correcto, él mismo compartiría día y noche con ella, se habría convertido en su leal sombra hacia tanto tiempo.
El problema real radicaba en que técnicamente lo que hacían juntos estaba prohibido. Por describirlo de la forma más acertada, las relaciones maestro-alumno que llegaban más allá de lo estrictamente profesional eran un tabú vergonzoso, algo más que retorcido y nauseabundo. Y, por si eso no fuera castigo suficiente, toda responsabilidad recaía en nadie más que él. La sanción que recibiría por parte del ministerio una vez su conexión saliera a la luz era algo que no lo dejaba tranquilo.
El propio Remus sabía que ser despedido sería una amonestación pobre. Tal situación ameritaba cargos graves.
De hacerse saber dentro de la comunidad mágica, las consecuencias serían catastróficas. Remus era completamente capaz de lidiar con ellas en su vida, había aprendido a sobrevivir con las acusaciones.
Fue repudiado gran parte de su existencia por la maldición que cargaba consigo desde la niñez. Era un hombre pobre, solitario y viejo, su única verdadera mortificación no era otra que decepcionar a la única persona que había depositado su confianza en él a pesar de las circunstancias: Albus Dumbledore.
Sin embargo, perjudicar de tal manera la reputación de una joven a la que le doblaba la edad, una chica que estaba por graduarse de Hogwarts y que pronto se uniría a la vida adulta, con aspiraciones y sueños que cumplir por delante, una adolescente tan prometedora, no podía hacerle eso a ella. Evolet Ray Jones era muy buena para él. Estaba a tan solo un par de meses de graduarse con honores; tenía una lista interminable de relaciones ventajosas con familias destacables del mundo mágico; sería aceptada en cualquier puesto laboral–fuese de descendencia muggle o no–al que aplicara, eso sin lugar a dudas; sus calificaciones eran las mejores de su generación; además de sobresaliente en cada aspecto escolar que la involucrara de forma voluntaria.
Simplemente no podía hacerle algo así.
No podía solo destrozarle la vida, no podía aferrarse a ella ni fingir que nada de eso iba a arruinar su futuro. No iba a aparentar que estar relacionada directamente–de manera tan íntima–con un hombre en sus condiciones, no iba a acabar con ella.
Remus quería lo mejor para Evolet–como quería lo mejor para todos sus alumnos–, así que no podía seguir viéndola.
Pero maldición, ¿qué tan difícil era dejar en paz la vida de una chica normal?
