What about the glasses? - KookTae ♡︎

O4

La fecha de la entrega de los lentes sería hoy.

Habían pasado ya cuatro días.

Cuatro largos días en los que Jeon simplemente no podía sacar a Taehyung de su mente, ¿y cómo hacerlo? Realmente era atractivo, tenía una personalidad completamente de su agrado, era más lindo que cualquier mujer, a sus ojos ¡incluso más que su novia, Lisa!

Y lo "peor" estaba por venir.

—Cariño, esta tarde debo salir. Hay una reunión para tratar asuntos relacionados a los chicos del grupo de Somi, después debo ir a casa de tu abuela, probablemente llegaré aquí a las ocho de la noche aproximadamente y la clínica cierra a las seis, ¿podrías ir por los lentes de Somi, por favor?— Pidió su madre.

—C-claro mami, iré en cuanto salga de clases, tengo hasta las dos.— Tartamudeó. Apenas había logrado dormir tratando de esclarecer su mente y ahora debía ir a volver a ver a ese dichoso doctor.

—Muchas gracias, cariño. Como recompensa mañana haré galletas de tus favoritas, ¿te parece?— Cuestionó su progenitora con una bella sonrisa, ¿cómo negarse a ella?

—No hace falta que me recompenses, pero una ricas galletas siempre son bienvenidas.— Sonrió Jungkook y depositó un beso en la mejilla de su madre.— Me voy yendo.— Musitó mientras se encaminaba hasta la puerta.

—Cuídate cariño. Te quiero.— Dijo su madre desde la cocina.

...

Al llegar a la universidad lo primero que hizo fue llamar a su mejor amigo.

—¿Pasa algo?— Preguntó Min con desinterés.

—¿Ya estás en el salón?

—Por supuesto, sabes que llegar temprano para dormir un rato antes de clases es mi hobby.— Jeon atinó a soltar una risa.

—Te veo en la cafetería en cinco.— El pelimenta estuvo a punto de apelar, pero Jungkook fue más rápido y colgó la llamada.

❀

—Bueno, aquí me tienes. ¿Qué es tan importante para robarle tiempo a mi preciado sueño?— Espetó Yoongi.

—Creo que estoy jodido.— Musitó el azabache con preocupación y la cabeza gacha.

—Hey, ¿qué puede ser tan malo como para que el hostigoso y encendido Jeon Jungkook ponga esa cara?— Preguntó Min dejando de lado el sarcasmo.

—Hace algunos días mamá me pidió que fuera con ella y Somi a hacer un exámen visual a mi hermanita. Nos atendió un chico pelirosa, ¿Jimin? Creo que el doctor mencionó algo así del recepcionista.—

—Espera, ¿qué clínica es?— Interrumpió el pelimenta.

—OptiKim, ¿por qué?— Cuestionó curioso el más alto.

—Oh no, sé por dónde va esto. Ni se te ocurra acercarte a Jimin, él es mi preciado novio.— Amenazó el pálido con molestia.

—¿Qué? Claro que no, él ni siquiera llamó mi atención, además-

—¿Insinuas que mi novio es feo?— Molesto, Min se levantó de la silla de la cafetería.

—No estás entendiendo, tarado. No es feo, pero no me gusta. Simple. El que llamó mi atención fue el otro, el chico de pelo g-