Capítulo 22

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España temblaba en su puesto, viendo la silueta que estaba a pocos pasos de él mirando al español con seriedad. La silueta observó los vidrios rotos con indiferencia, para luego reír burlón.

- ¿Tanto así me odias hijo mío? - habló Imperio Español con la mirada perversa que lo caracterizaba.

España tembló de miedo, recordando todas las malas cosas que vivió gracias a ese country, el que se hacía llamar su padre. Con el poco valor que tenía gracias a la situación que no estaba entendiendo, se levantó como pudo y enfrentó a su padre (o al menos su silueta) con mirada enojada y que expresaba el desagrado que le tenía.

- ¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar ardiendo en el infierno donde deberías estar - habló el menor apretando los puños.

- ¿Ardiendo yo? ¿Acaso dices que merezco todos los castigos divinos que existen? - dijo burlón el mayor. - no me hagas reír

- ¡Si te los mereces! ¡Eres un asesino y inmundo hombre que sólo provocó desgracias en mi vida! ¡Por tu culpa Venezuela no me ama! ¡Por ser tu hijo es que recuerda todas las pesadillas que le hiciste vivir! - gritó con rabia y amargura España, acercándose a su padre. - ¡Yo fui quien tuve que recoger los pedazos destruidos que dejaste en el reino y evitar que nuestros enemigos nos destruyeran después de tu muerte! ¡No pude estar al lado de mi Orquídea por arreglar los problemas que causaste!

- Como si tu fueras un santo, enamorarte de tu hermana adoptiva y encima siendo una niña ¡Ja! ¡Eso sí es de enfermos! - rió Imperio Español. El español menor chistó enfurecido al no poder contradecir a su padre, escuchando su risa estruendosa de fondo; pero entonces recordó algo muy importante.

- Al menos... Yo no me enamoré de mi enemiga, padre... - habló España en susurro, sabiendo que el mayor lo escuchó. Inmediatamente, Imperio Español dejó de reír y su mirada pérdida dejó el lugar en silencio. - aunque en realidad sería una obsesión hacia la mujer que secuestré y retuve en cautiverio en el castillo para que fuera mi esposa a la fuerza... Tal vez por eso Gran Colombia no se enamoró de tí - finalizó a sabiendas que había golpeado la debilidad de su padre: La única mujer que verdaderamente amó y se convirtió en su obsesión.

Imperio Español lo miró con una increíble rabia y enojo, sólo para gritarle sabiendo que no podría tocarlo al no tener un cuerpo.

- ¡NO MENCIONES A ESA MUJER DELANTE DE MI PRESENCIA! - exclamó haciendo estremecer el cuerpo de su hijo. - ¡ELLA SÓLO ME UTILIZÓ PARA SABER DONDE ESTABA LA DESGRACIADA DE VENEZUELA Y PODER SALVARLA EN SU NIÑEZ! ¡QUE PLACENTERO FUE VER SU EXPRESIÓN DESOLADA AL NO PODER SALVARLA DE MIS MANOS A TIEMPO! - comenzó a reír como un loco, bajo la mirada del menor. - ¡LE HABÍA PRESENTADO TODO UN FUTURO SI TAN SÓLO FUERA MI REINA! ¡¿QUIÉN IBA A PENSAR QUE HUBIERA ESTADO DISPUESTO A CONVERTIR A LA MUJER A QUIEN TORTURÉ COMO MÍ ESPOSA! - de su rostro comenzaron a caer lágrimas de amargura. - Ella me amaba ¿Sabías? Ella me lo confesó después de, después de muchos años, cambié mi actitud con ella y la traté como una diosa, mí diosa, mí amor, mí reina... - habló expresando un dolor no antes visto por su hijo. - Pero... Ella prefirió irse con ese traidor para comenzar a revelarse contra mí... Me abandonó por irse con un humano, un humano quien no merecía tener a una hermosa reina cómo ella a su lado en las batallas que libró contra mí...

- ... - la verdad es que España no tenía palabras para describir ese momento.

- ... ¿Sabes cual fue el peor momento de mi vida? Cuando al querer matar a la sucia de Venezuela, mi amada reina se interpuso entre ambos y me atravesó con su espada el pecho, justo donde estaba mi corazón, el cual nunca dejó de añorarla y amarla - Imperio Español tocó donde debería estar su corazón. - Mi espada también la mató en el momento en que se interpuso entre Venezuela y yo... Ambos morimos juntos...

Corazón En CRISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora